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LAS LÁGRIMAS NO HAN DE SABER A AMARGURA

Después de un par de lágrimas percibimos la diferencia entre sujetar una mano y mezclar el sentimiento; se sabe después... quizás demasiado tarde.

A veces no valoramos algo hasta que ya no lo tenemos y... desde ese preciso instante notamos el vacío, que no se puede reemplazar con algo más, porque sabemos que es único, tal cual lo es cada personalidad y esencia.

Si bien el inconsciente nos alerta cuando no podemos más. Mientras más seguros estamos de tener algo, es cuando más cerca estamos de perderlo. Y el sufrimiento es el camino hacia la luz, que nos declara la certeza de poder brindar amor al ser que realmente nos ama y naturalmente se lo merece.

Entiendo que no existe una mujer u hombre que sea incapaz de amar o no sepa como hacerlo. Pero a veces o se olvida o jamás se aprende. También las lecciones de vida van endureciendo el corazón y le enseña a ser cauteloso, sólo que el corazón no sabe luego cómo controlar tal enseñanza (mi caso).

Si hay quienes se entregan profundamente y quienes no, y si todos necesitamos amar y ser amados... será que instintivamente siempre elegimos a la persona incorrecta o deseamos tomarles como masilla para amoldar a nosotros, pese a que nos adviertan la historia de ese ser o el “aura” que develan.

Después de un par de lágrimas nos damos cuenta que un beso no es un protocolo y un regalo no es una promesa. Uno aprende a aceptar una derrota y a proyectar en el hoy, porque el futuro es incierto.

Aún lo indispensable nos hace daño si es desmedido... Sería bueno tener algo de lo vital, y así darnos cuenta que nada es para siempre.

Por lo pronto, yo busco mi felicidad. Y no espero que alguien me consuele. Porque creo que tengo valor para estar vivo y para sostener las cosas. Pienso que al destino de cada uno, nosotros mismos le damos orientación en cada paso que realizamos, porque Dios no escribe con letras torcidas.

En esos pequeños detalles que, entre la rutina cotidiana, nos detienen en el camino y nos acercan a ese alguien que de pronto se vuelve importante. Después de un par de lágrimas sabemos que el amor sólo se manifiesta a través del respeto, la voluntad y el tiempo.

Sólo podemos ver esto... después de un par de lágrimas. Si no puedes llorar, quizás de un atragantamiento, pero nunca de una palabra de odio espetada al cielo.

Del grupo LA QUINTA ESTACIÓN: ME MUERO 

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