Cada mañana encuentro mis dos tesoros en la gaveta de la mesita de noche, los huelo y recuerdo cuando me los entregaste, vinieron acompañados de locura y cariño, toques de pasión y ternura, la misma con la que los doblo de nuevo y los coloco en su lugar.
Esos tesoros que me brindaste tuvieron igual valor que las palabras y los abrazos de esa noche, me hiciste respirar y recuperar la sonrisa de siempre, me hiciste reír y llorar al mismo tiempo, me hiciste soñar.
Ahora despierto y conservo todo eso en mi corazón, sitio en el que echó raíces y será la flor que regaré por siempre.
Esos tesoros casi robados serán parte de mí.
Autora: Zenahir Alvarado
@zenita1987
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