domingo

Luces en la Carretera...

Hay una ventaja de ser copiloto o pasajero en auto o bus al viajar de noche: Ver y describir.

Ver esas casas donde la gente hace su vida diaria y que para ti es un lugar extraño, cerca de la carretera, quizás por vivir enclavado en ciudad.


Ellos duermen y tú tratas de hacer lo mismo, pero el movimiento no te lo permite. Así que ocupas la mente en observar a través de la ventana.


Y siempre hay un pórtico solo, donde un bombillo con luz amarilla es el único guardíán contra lo que la noche pueda traer.


Evocas a tu cama y a la vez piensas ¡de usual mientras duermo, ésto es lo que ocurre!


Y es que el mundo no se detiene, por ejemplo, mientras ésto lees.


Autos pasan por carreteras, calles y caminos. Algunas luces, una luz, cero luces en esas casas.


Árboles, maleza, hierba, que se mueve con la brisa natural o la provocada por los autos.


Casas lejanas en cerros o montañas. Calles iluminadas o algunas con un mísero farolito, solitario e insuficiente, pero fiel a su labor.


Transitas lleno de pensamientos, de a dónde te diriges y el regresar, ambos con bien en nombre de Dios.


Una luna y estrellas acompaña a la luz artificial mientras el recorrido con el frío de la noche continúa. Las luces de las casas desaparecen por ratos, sólo están las luces de la carretera.


Tienes la opción de pensar, retozar, filosofar o intentar dormir.


Las luces seguirán allí para ti y para todos.


Hasta que se deban apagar porque la luz del amanecer indica que es hora de que el sol haga su labor.


Lo que viviste, muchos más lo viviremos en algún momento, cuando se nos dé la bendición de por tierra viajar.


Las luces de las casas, iluminarán por igual nuestra imaginación mientras no podamos dormir.

Argenis Serrano


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