domingo

Padre Soltero...

Y cada día me trago las lágrimas del amor que se me fue con la muerte, cuando el ángel de la vida te traía, hija mía.

Dicen que el hombre es fuerte, pero éste dolor lo es igual.

Mi lucha contra él lleva tu nombre y con gusto lo acepto y enfrento.

En tu rostro hija mía, está mi felicidad, mis recuerdos, mi presente y mi futuro.

Quiero ser el que apoye lo que tú decidas, porque ese bien te viene de tu mami y yo velaré por su crecimiento.

Hija mía, jamás sabrás de ese nudo en la garganta que contiene mi llanto.

Hija mía, sólo quiero montar en bicicleta a tu lado, que juguemos a las muñecas, que yo te peine, que tú intentes hacerlo, que rías siempre, porque tú risa es un agua de vida a mis sentidos.

Mi bebé querida, ya estás en la escuela y has traído una carta de garabatos que me dijiste dicen "Mamá".

Hija, te amo y cada logro tuyo, cada risa, cada picardía, son mi muleta.

Amar a dos mujeres a la vez es posible, a ti mi hija, y a quienes tu madre, que vive en mi ser. 

Tú rostro es hermoso como el de ella y además tienes el brillo de tu propia personalidad.

Hija, cuando me despiertas, me abrazas y luego te duermes, siento que me cuidas y me proteges a mí. En brazos más seguros no puedo estar.

Trabajo para ambos, estudio para ambos, salgo a la calle por ambos; tus amigos son mis amigos, mis amigos, son ese espaldarazo que requiero para poder llorar.

Te lloro esposa mía; no quiero volverme a casar; me dicen que lo haga, pero no me siento para ello, porque tengo un amor tan grande en nuestra hija que, ¿cómo me fijo en otra mujer?

Sí ella me lo llega a pedir se la buscaré; pero prefiero ser padre y madre a la vez, ser fuerte y seguir aprendiendo a criar, cuidar y retroalimentarme de lo hermoso de nuestra hija.

Esa que me abraza al llegar del colegio, que al decir que quiere ver televisión sólo quiere estar en mi regazo; la que me pinta, me dice cómo quiere su ropa y me ayuda a cocinar.

A veces me pregunto, ¿por qué quiero llorar, sí un tesoro me dejó un tesoro superior para cuidar, aumentar y verle crecer?

Hija mía, gracias por dejarme ser tu padre, gracias por darme vida de verdad, no permitiendo que a ti, a mí y a tu mami querida, la muerte nos separara.

Ahora sólo quiero que me abraces muy duro y no me sueltes, tus pequeños brazos son lo más fuerte que me aferra a la vida.

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