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domingo

No Me Gusta...

Quizás existiría una pequeña luz de esperanza para la no ruptura de relaciones, sí en un arranque de sinceridad, al estarse conociendo, decir con toda franqueza, “mira, no me gusta esto y aquello”.

Porque muchos comienzan diciéndose cosas bonitas que luego se van apagando o -lamentablemente- les resultaron banales, vacías, clichés; y cuando pudieron sacar ese lado oscuro que todos poseemos, todo se derrumbó.

Es un error pensar que luego de comenzar una relación esta no se resquebrajará hasta romperse al mostrar el cobre, especialmente cuando no existe ni la mas mínima voluntad de cambiar lo que incomoda o crea rupturas, sin que ello conlleve a aniquilar su propia esencia o personalidad.

Quizá podría inspirarte algo de esto…

no me gusta
Decir "no me gusta", es tu derecho; pero te obliga a cumplir sanos y firmes deberes para con los demás.


No me gusta ese tipo de películas, canciones, bailes o arte.

Esa sensación de celos que tengo cuando hablas con otros, me es desagradable y no por ti, sino por mí.

No es de mí gusto ver a la gente beber hasta que pierde la conciencia o saca su lado reprimido.

Prefiero dormir en camas gemelas, ya que no me gustaría tropezarte o despertarte.

Salir los domingos en la tarde me parece agotador, especialmente cuando los lunes hay que ir con más energía a trabajar; para ello, coordinemos tardes tranquilas en la medida de lo posible.

No me gusta tal o cual comida; allí se hacen idea de qué comer y/o a dónde ir o qué evitar al compartir.

Tengo un estilo de ropa que no incluye tal o cual prenda, pero sí esta y esta.

No me gusta bañarme después de tal hora o inmediatamente después de alguien o etc.

En casa procuro vestir o calzar de tal manera.

Todo esto puede parecer banal, pero las parejas que entienden que deben engranar y que para ello hay que acoplar cada diente, saber engrasar y llevar un ritmo para que la relación ande, se enfocan en materializar esto y más.

Lo valioso es decir “no me gusta X”, desde un principio. Comprender que hay cosas tan banales que pueden crear rupturas y que una relación amorosa es equilibrada, salomónica y amerita dosis de situaciones que no la encasillen.

Las cosas banales, tóxicas o quizá paranoicas no pueden ser tomadas como limitantes, sino llamados de atención para buscar ayuda.

Eso es lo que creo que dejará a un lado la hostilidad, la inestabilidad, el miedo, la aversión, el tedio y la consecuente separación de un amor.

Ya que decir la verdad es el eje donde el amor nos hace girar, que no haya temor de decir “no me gusta” tal o cual cosa. Pero que eso tenga contexto, validez y no sea una nimiedad o un achaque o un capricho molesto.

Que sean cosas normales que de verdad no sientes o necesitas pero que no objetas a los demás. Y que te hagan conocer profundamente y actitudinalmente a tu pareja, que sabrá desde un principio en que terreno se adentra y así sabrá decidir si quedarse y cómo compartir lo mucho que les une y todo aquello que sí te gusta.

Brindo por menos divorcios o noviazgos que se terminan porque se acabó la magia al ir descubriendo todo lo negativo que se calló y no se trabajó en mejorar o equiparar.

Argenis Serrano 

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