miércoles

Trazos...

trazos


Me dibujo tu silueta

y puedo besarla

hablarle,

amarla.


Como sé que no podré hacer contigo,

como jamás lo merecí,

por eso mi osadía,

se hizo imagen.


En colores como tu actuar,

brillante como tu actitud,

serena como tu calma,

tus trazos celestiales.


Así trazada, me acompañarás,

cuando requiera hablar,

sentir, orar,

estar acompañado.


Escucharé tu voz,

imaginaré tus ojos,

sentiré tu respiración,

retozaré en tu piel.


Es la forma de hacerte mía,

como en mis sueños diarios,

sin lujuria ni enfado,

sólo amándote, feliz.


Taciturno, dormiré en tus colores,

sin letargo, despertaré en ellos,

pintaré pues mis días,

con la acuarela de tus trazos.


Soy paz, por ti,

soy mejor, para mí,

soy, esa es la verdad,

y seré así hasta la eternidad.


Tracé tu figura,

quedó lo mejor posible,

pero tú eres,

esbozo de la perfección.


Algún día espero,

trazar toda tu imagen,

pero mejor sería,

calcarte en cuerpo entero.


Policromía de mis anhelos,

trazos de calma,

agonía de mis desvelos,

sosiego de mí alma.


Despido mis palabras,

porque quiero seguir,

contemplándote plácidamente,

tal cual te he trazado.


Argenis Serrano

viernes

¿Y sí me permitieras estar contigo una vez?

Y sí me permitieras estar contigo una vez

Permítete la osadía, sí, por un solo instante, de responder a esa premisa que cuelga en el aire como una promesa susurrada: ¿Y sí me permitieras estar contigo una vez? No hablo de la permanencia ni del laberinto de lo cotidiano, tampoco exijo el para siempre. Pido una única conjunción, un punto exacto en el vasto universo de las posibilidades, donde el tiempo se doblegue y el destino guarde silencio.

No es capricho, sino la urgente necesidad de atestiguar, en la carne y el espíritu, esa verdad que solo tu proximidad parece custodiar. Piensa en ese encuentro no como un final, sino como el epílogo necesario de una historia que solo ha existido en la distancia, en la elegante tortura de la imaginación.

Sería la rendición a la curiosidad mutua que nos ha tejido. Un único diálogo sin las murallas del pudor, una pausa donde el ruido del mundo se desvanece, dejando solo la resonancia de dos almas que se reconocen al fin.

No hay reclamo en esta súplica, solo una oferta: la de quemar en una sola noche la leña de meses, quizá años, de anhelo contenido. Concédete el privilegio de saber cómo se siente el aire en mi presencia, si mi voz es tan grave como la recuerdas, si la electricidad que intuyes entre nosotros es, al tacto, un relámpago o un simple calor de hogar.

Una vez, solo eso. Para que ni tú ni yo tengamos que vivir con la sombra del "qué hubiera pasado" planeando sobre nuestra resignación. Para poder cerrar el libro con una página de verdad, no de mera conjetura. Y luego, si lo deseas, podremos volver a ser desconocidos, pero cargados con la certeza de un instante indivisible. Permíteme estar, y así, permítenos ser.

No hay falso ego ni la fatua idea de una vez y “consumatum est”; no me voy a atrever a cambiar de la buena persona que soy tan sólo porque logré un objetivo que era una utopía celestial. Porque eso sería ofenderte y mucho peor: perderte.

Quiero que las sensaciones se aviven y que en nuestras historias de vida existan renglones escritos correctamente de algo que rompió los paradigmas de la picardía y que -te pido de corazón-, no le des más excusas banales para dilatar que suceda, acá nadie cuestiona a nadie.

Y, si no va a suceder, dímelo también sin rodeos, porque yo no te veo capaz de la crueldad de dar una larga espera para decir que no y que ese no provenga de argumentos de miedos, cuestionamientos personales o de verme como un aprovechado o de un hombre que sólo desea que algo grande suceda una vez y ya.

Y es que de suceder, ese evento grande será un parteaguas que atraerá mejor conocimiento de ambos y de lo que se puede esperar uno del otro, unidos por los grilletes que poca gente en estos tiempos quiere portar y eso que no retrasan, esclavizan ni dañan: los grilletes de la confianza.

Ahora nada más ve en tu corazón, mente, en tus ganas y libertades; y haz un pareo con quien sabes en realidad que soy y cómo puedo llegar a ser, seguro estoy que en tu portentoso ser lo sabes y que es de allí de donde podrás responder a mí perpetua pregunta ¿Y sí me permitieras estar contigo una vez?

Argenis Serrano 

lunes

Carta a una Mujer que Perdió a su Bebé en la Gestación

Aclaratoria de Romantistech: Claramente que no se le puede pedir a una inteligencia artificial ni copiar textualmente esta o alguna carta, pero es la única manera que encontré para que las mujeres que han pasado por ello (y los papás, no los olvido), tengan apoyo y consuelo en estas palabras que sí me salen del corazón. 

Por ende, sí buscas ayuda para redactar una carta o mensaje a una mujer que está pasando por ello, te recomiendo que la escribas de la siguiente forma: Desde el corazón, el respeto y el optimismo.

 

Un mensaje de consuelo y fe para el corazón que ha amado y perdido

En este momento de profundo dolor e incomprensión, sé que las palabras pueden sentirse insuficientes o vacías. Nos encontramos hurgando en el "¿Por qué?" o el "¿Debió ser así?", y es natural que el alma se sienta abatida.

Pero esto es más fuerte que yo y mis resquemores, por ende no puedo dejar de expresar el profundo pesar y la solidaridad que sentimos por esta pérdida inmensurable, ya que mi propia humanidad me lo exige y yo ciegamente la obedezco porque sé que es para bien.

De buenas a primeras quiero que sepas que no estás sola en este camino.

Entendemos que el plan de Dios es un misterio, y aunque se nos presenta la dura prueba de ver partir a un ángel que anhelábamos tener en brazos, debemos aferrarnos a la fe.

El amor que ya existía para ese pequeño ser es la base sobre la que puedes apoyarte para seguir adelante, sabiendo que ese bebé es ahora una estrella brillante en el cielo, un nuevo habitante en el reino de Dios.

La manera en que tú, y tu pareja o entorno cercano, han enfrentado este suceso con aceptación, dignidad y la firmeza de la esperanza, es un testimonio de su fortaleza.

De esta experiencia queda una profunda honra, un aprendizaje invaluable y una fe inquebrantable en el porvenir. Han demostrado una hidalguía que debe ser fuente de orgullo y consuelo.

Nunca pierdas la convicción del amor incondicional de Dios, un amor que se refleja en el afecto de las personas que te estiman, te acompañan y te brindan su apoyo. Este amor terrenal y el divino son el sustento para la actitud de fortaleza que han mantenido, la cual es un acto de profundo respeto por el lazo sagrado que se formó.

Es un desafío anhelar que todo sea fácil y que solo sucedan cosas buenas; la vida, a veces, nos confronta con el sinsentido. No obstante, la fe nos recuerda que la Divinidad jamás deja de reconfortar y recompensar a quienes se mantienen firmes en la creencia, la comprensión y el respeto por el propósito mayor.

Toca ahora fortalecer el cuerpo, el alma y el corazón para poder proseguir. No hay lugar para el temor, el desaliento o la duda, pues ello debilita tu espíritu.

Honrar la memoria de ese ser, cuyo rostro quizás no pudiste ver pero cuyo corazón sentiste latir, significa mantenerte fuerte. Fue un suceso de amor puro y una experiencia que forjó un mejor camino para ti.

Con la bendición y el permiso de Dios, la vida te regalará la dicha de un nuevo ser, o incluso más. Serán fruto de un amor maduro y de una sabiduría ganada a través del dolor, la cual te hará una madre más fuerte y consciente.

A ese futuro hijo o hija le prodigarás cuidados llenos de amor y libertad, y entre todos honrarán a ese ser que, aunque la ciencia lo llame una pérdida gestacional, fue realmente un alma con vida desde el momento de la concepción.

Ese ser te vinculó a ti y a tu pareja de una forma sagrada e inquebrantable, permitiendo un crecimiento mutuo y en el amor que jamás dejará de suceder, porque ahora tienen el lazo eterno del amor familiar.

Mis respetos profundos, mi apoyo incondicional y mi fe inmensa están contigo, con la convicción de que los tiempos mejores están por llegar y de que el amor siempre triunfa.

Por ello, debemos concluir que: Dios es Amor, y dado que Dios es un misterio que siempre nos conduce a un propósito mayor y mejor, el Amor también es un misterio que nos lleva a un destino más alto, aun cuando no lo comprendamos ni lo veamos de inmediato.

Ánimo, y muchísima salud y fortaleza para ti, tu pareja y todos sus seres queridos. La esperanza los mantendrá en pie.

Argenis Serrano 

miércoles

Quisiera Dejar de Decir tu Nombre

Quisiera dejar de decir tu nombre

Porque él sale solo

En mis conversaciones con otros

O en palabras involuntarias

Asemejando a estar loco.

 

Al acostarme luego de orar,

Al despertarme y decir buenos días,

Aparecen tu nombre e imagen

Confundiendo al alma mía.

 

Cuando disfruto u alimento,

Al tomar algo refrescante,

Mi paladar viene a nombrarte,

Porque tu nombre me sigue endulzando.


Quisiera dejar de decir tu nombre

Ya me cansa estarme flagelando

Con alguien que no es mi certeza,

Y de iluso, sigo soñando.

 

Cuando creo que te he superado,

Aparece tu nombre cuán clamor,

Como si acaso tuvimos amor,

Y no ese vertiginoso fracaso.

 

¿Qué tiene esa melodía de tu nombre,

Que tarareo cuando debo enfocarme?,

Tanto me tocó desenamorarme,

Y vuelvo a ser tu guiñapo de hombre.

 

Quisiera dejar de decir tu nombre

Volver al instante antes de conocerte,

Tomar otro rumbo y perderme

Y ver hoy día, claro al horizonte.

 

Pero esta pelea conmigo,

La pierdo aunque me resista,

Como tú cadencia, juro y atestiguo,

Que difícilmente en otra, exista.

 

Vales demasiado y no pude,

Convencerte de ser ese chance,

De ser yo el que seguro acude,

Cuando la vida, quiera golpearte.

 

Quisiera dejar de decir tu nombre

Proseguir mi camino tranquilo

Sin que ese sonido me agobie

Sea al pensarlo, o decirlo.


Querida y valiosa prosigues,

Buscando también pronunciar,

El nombre de quien vas a amar,

Tal cual como para amarte, vives.

 

Quizá tendré que utilizar,

La rima de tu bello nombre,

Como mantra para recordar,

Que por ti, amé, soñé y reí,

Y me hice…un mejor hombre.

quisiera dejar de decir tu nombre
 

Argenis Serrano 

jueves

El Amor en el Animé

amor en el animé

El amor en el animé es un fenómeno cultural que trasciende la pantalla para instalarse en el imaginario colectivo como sinónimo de pureza, intensidad y una dedicación casi épica. Se trata de romance y de la representación idealizada de los valores más nobles que pueden cimentar una relación.

Es un amor que se cuece a fuego lento en medio de desafíos de oficina, batallas intergalácticas o la simple búsqueda de un propósito. Este tipo de afecto se distingue por su sinceridad radical y una inocencia que lejos de ser ingenuidad, es una fuerza que protege la autenticidad de los sentimientos en un mundo que a menudo es muy cínico.

Los personajes tardan en reconocer sus emociones, a veces de forma cómica o frustrante para el espectador, pero cuando finalmente lo hacen, su compromiso es inquebrantable.

Cuando la pareja se enfrenta a un obstáculo —una mudanza, un malentendido monumental, un rival o incluso el fin del mundo—, no hay lugar para la rendición. El esfuerzo y el sacrificio son los lenguajes de este afecto. Es común ver a un personaje correr bajo la lluvia para entregar una confesión, trabajar incansablemente para alcanzar un objetivo compartido, o arriesgarlo todo por la seguridad del otro.

Esta tenacidad no es unidireccional; inspira al ser amado a ser una mejor versión de sí mismo. Se apoyan mutuamente para perseguir sus sueños, ya sea convertirse en el mejor deportista, el músico más grande o el líder más justo. Es un vínculo que potencia el crecimiento individual, no que lo restringe.

Dicha dinámica de superación es, quizás, la razón por la que tantos jóvenes buscan inspiración en estas historias. De hecho, este anhelo a veces los lleva directamente a una tienda de mangas en México o Colombia, Países Bajos o Francia, para hacerse con el último tomo de una serie que captura perfectamente ese ideal de relación basado en el esfuerzo y la lealtad.

A pesar de la intensidad, el amor anime es a menudo casto y respetuoso de los tiempos de la otra persona. Los gestos de cariño son a menudo pequeños, pero cargados de significado: una mano ofrecida en un momento de duda, un almuerzo preparado con esmero o un simple "gracias" con la mirada baja. El desarrollo de la relación es gradual, dando espacio a la amistad profunda como base.

Los personajes no se enamoran de una imagen superficial, sino de la esencia, la bondad y las flaquezas del otro. La vulnerabilidad es vista como una fortaleza, no como un defecto a ocultar. Confesar un miedo o un secreto se convierte en un acto de fe que sella la confianza.

Otro valor esencial es la lealtad absoluta, que se extiende más allá de la pareja para abarcar a su círculo de amigos o nakama. El amor romántico nunca aísla; por el contrario, integra al ser amado en una red de apoyo más amplia. La pareja se convierte en parte de un equipo que enfrenta la vida, lo que dota a la relación de un sentido de comunidad y pertenencia.

Y como gran final, el elemento de lo trascendental envuelve a este tipo de amor en el animé. Frecuentemente se sugiere que su conexión está predestinada, a veces a través de lazos de vidas pasadas o promesas de infancia. Una noción de destino que le otorga una belleza melancólica y una seriedad que lo eleva por encima del simple coqueteo, convirtiéndolo en una fuerza de cambio, una promesa de felicidad eterna y una hermosa prueba de que la pureza emocional, combinada con una voluntad férrea, puede conquistar cualquier adversidad.

Es pues, en esencia, el amor en el animé, un halo romántico que nos recuerda que los grandes sentimientos requieren grandes sacrificios y una fe inquebrantable en el futuro.

Argenis Serrano 

Entradas populares