Conozcan a mi Musa del Amor

Ella, ella es más que un cuento de hadas, es el más grande lucero. 
Ella es el amor, la fidelidad de una sonrisa, la vía de mi paz. 

Ella nació con mi infancia y se hizo mujer confiándome sus credos.
Ella creció, con sus historias y las mías, con el devenir de nuestras soledades, con el llanto de mi alma quebrada. 

Ella, es la otra mitad que olvidé en el cielo y que Dios compadecido me la entregó en la tierra. 

Ella es mi fuerza y mi voluntad, mis preocupaciones y mis angustias, ella es mi compañía y mi soledad, mi esperanza, pero sobre todo, mi realidad. 

Ella... ¿quién es ella?, ella es musa de este mal poeta y entre los rizos de su larga melena, se escapa el aroma de su amistad, extrañamente, en la pupila de su mirada se nota un aire de nostalgia que baila al son de mi danza, una vez más. 

Ella es la pureza del amor que la cotidianidad no mata sino fortalece 
Y año tras años la consigo, en las letras de sus cartas, en el abrazo del encuentro, en el compartir del café, en el humo y la sangre, que pauta mis ideas. 

Y la vivo, con la intensidad de quien ama, como si fuera la última canción, las letras de mi vida, cada día, a cada hora... Ella es mi consuelo de los amores partidos, motivo de mis oraciones. 

Cuando caigo la veo, cuando me levanto, la encuentro, ella está, siempre está, sin mentiras, pero sobre todo... sin contemplación, y por eso la Amo.

Sí quieren saber quien es ella, les digo que físicamente no lo sé, sólo existe en mi imaginación como una luz etérea a la que Dios no le ha otorgado presencia humana. Sólo le llamo MUSA DE MIS ANHELOS.