Parece una máxima en todo el mundo y
todas las sociedades. Creer que el amor de pareja y de familia, una vez que se
tiene, se mantiene con más de lo mismo.
Muchos hombres y mujeres no saben
innovar, mantener y aumentar, para luego quejarse cuando la relación entra en
lo rutinario, árido, distante, indiferente y la separación, sea como divorcio o
incluso, estando juntos.
Pareja, viene de ir a la par. Eso indica que ambos deben poner de su parte para
levantar al otro, incluso cuando éste no está caído.
El amor y el interés en la otra persona,
eliminan cualquier vestigio de caer en más de lo mismo. Porque se buscan nuevas
reacciones en base a nuevas y mejores acciones.
Y siempre será algo de ensayo y error,
donde hay que tocar varios temas a
la vez o irlos distribuyendo para ver cuáles sorprenden, agradan, incomodan, no
cuadran con su pareja.
No se pueden quedar en el ego cuando se
habla de amor y familia, porque con él, sólo hay a un sitio al cual se puede
ir: a la ruptura.
¿Cómo dejar de hacer más de lo mismo?
Comiendo otras cosas en días distintos y
lugares distintos. Averiguar qué se le antoja a tu pareja o cuáles son sus
sabores de la niñez y llevarle a recrearlos.
Asistir a lugares donde
convencionalmente ni uno ni el otro van. Que la experiencia les sea nueva y
expresen su sentir, entender y descubrir.
Amarse donde menos lo esperan. Más allá
del acto físico, ser melosos y si se quiere, cursis, donde no sea convencional.
Que cada día sea similar o mejor al día del primer beso, del primer hacer el
amor.
Nuevas lecturas, nuevos programas, visitas
distintas, labores compartidas, conversaciones en búsqueda de objetivos.
Minimizar las conversaciones recurrentes
que se saben causa molestia. Porque de todo aquello que se considera más de lo
mismo, ésto es definitivamente lo peor.
El amor de pareja no tiene límite de
hasta dónde crecer, así que jamás dejen de retroalimentarlo y verán que la
rutina, el tedio y la falta de fuego, jamás se presentarán ante y dentro de
ustedes.
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