Cuando los padres lloran…
Es que queda poco qué hacer,
Entonces sus fuerzas caen,
Deben retroceder.
Enjugan sus lágrimas,
Casi siempre las esconden,
Entre su almohada y la noche.
Su mirada se va,
Al lugar que ellos conocen,
Donde habitan las soluciones.
Si allí no están,
Se quiebran completamente,
Para poder reiniciarse.
Cuando los padres lloran de alegría,
El mundo y cielo son testigos,
De su llanto, ahogos y gritos.
Porque un padre no soporta,
Una lágrima feliz,
Sólo las amargas.
Una madre llora de contento,
Porque así es su ternura,
De su amor, un sustento.
Cuando los padres lloran
Al hijo lejano,
Sus lágrimas bañan sus manos.
Mientras tapan sus ojos,
Para no más ver,
A su hijo dentro de su ser.
Cuando los padres lloran,
Sólo los buenos hijos,
Sentimos rompernos.
Esas lágrimas secar,
Quitarles razón de ser,
Sólo en eso podemos pensar.
Nunca ser razón de llanto,
Que de nos, no surja sollozo,
Que jamás lloren, mamá y papá.
Salvo de un título, un triunfo,
Una boda, una nieta,
O un beso y abrazo, así no más.
Cuando los padres lloran,
Es que algo pasa,
Y la acción, se activa.
No se les juzga,
No se les fustiga,
No se les compadece.
Nada más se actúa,
Para que el llanto innoble,
Para siempre, ese.
Cuando los padres lloran,
El corazón del hijo,
De temor se arruga.
El temor de que el silencio,
De los padres, los problemas,
Males mayores anteceda.
Pedimos a todos los padres,
Que así como nos enseñaron,
También procedan.
Nunca sus males nos callen,
Porque eso que les aqueja,
También es nuestro.
No hay mal que entre todos
Se venza y quede atrás,
No, no lo hay.
Porque ni los designios del destino,
Borra los momentos unidos,
De una familia amada.
Que de temores no quede nada,
Nuestro amor borre dolores,
De cuando los padres, lloran.
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