Será que se va a las nubes
Y allí se queda esperando
A que reaccionemos.
Va hacia un lugar,
Compungido y meditando,
¿Qué pasó?, ¿Por qué no funcionó?
Se dirigirá entre sueños,
Buscando una luz,
Que sea el alma gemela perdida.
Al final del arcoíris,
Se transforma en la mítica
Olla de oro jamás encontrada.
Se hace viento,
Buscando besar el rostro,
De la otra alma solitaria.
Decide dormirse,
Para no sentirse triste,
De no estar viviendo.
Regresa a la casa del Padre,
Esperando nuevas instrucciones
O el descanso eterno.
Anda rondándonos en pro
De que no decaigamos
O perdamos la esperanza.
Ejercitase en cuerpo y alma,
Porque entiende,
Que necesita ser más fuerte.
Se pone delante de nosotros,
Dándonos señas,
Que por ciegos, no vemos.
Va a tomar de la mano,
A esa otra persona,
Para llevárnosla.
Anda errante,
Huyéndole al olvido,
Aferrándose a los recuerdos.
Es nostalgia pura,
De la cual saca delicadamente,
Lo mejor para renacer.
Le da brillo a la Luna,
Oye desde allí las serenatas,
Y los lamentos.
Lanza un salvavidas,
A quienes se ahogan,
En su soledad autoinfligida.
Se la pasa gritándonos,
En medio del mundanal ruido
Y somos sordos a su lamento.
Va al fin del mundo,
Para lanzar allí,
Las malas historias.
Transita en el magma,
Brota de la arena,
Despierta en la nieve.
Se regresa fortalecido,
Decidido a rescatarnos,
De los fantasmas hechos por nos.
Deja los cuestionamientos,
Muestra su mejor ropaje,
Desborda su honesta sonrisa.
Come y bebe con nosotros,
Muestra de lo micro y lo macro,
La belleza del mundo.
Escribe poemas,
Esperando que se den cuenta,
Que es su ser, la musa de amor.
Ser correspondido es su karma,
Su meta, deber y gran logro,
Para eso vive.
Vuelve a nuestros corazones,
Coherentes, fuerte y seguro,
Para despertar nuestro Fénix.
A dónde va el amor,
No lo sabemos,
Pero lo bueno, es que vuelva
…Es lo mejor.
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