Cada
instante de nuestra existencia, amerita un sano balance entre la soledad donde
expiamos nuestras almas y recobramos la calma y los necesarios y distintos acompañamientos a los que nos llevan nuestras
acciones cotidianas y deseos más intensos.
Así
como los panes se hacen más deliciosos con diversos acompañamientos, como la
mermelada más fresca, el queso butterkase más exquisito, el paté o la crema casera que ha sido receta de
la familia, así mismo debemos untarle a nuestras vidas, la buena y grata
compañía de quienes nos ayudan a crecer.
¿Por
qué digo acompañamientos y no acompañamiento?, porque aunque hay gente que por
sí sola te llenan el alma y te completan la vida, mentira es decir que hay una
sola.
A
veces están en grupos y se transforman en el balance más inusual y a su vez más
necesario para equilibrar a la mente cansada, con ideas difusas, desanimada o
que no sabe qué hacer para reactivarse.
Esos
amigos, compañeros y esporádicos que con solo una palabra, un gesto o un
detalle, nos recomponen el día y le quitan cualquier escollo con el que se haya
levantado.
Una
semana que parecía gris, de repente se llena de colores. Porque entre los
acompañamientos más necesarios para cada uno de nosotros, los más destacados
son aquellos que llegan cuando menos los esperábamos, pero que más
necesitábamos.
Tipos de acompañamientos
Quien
va contigo a almorzar y así romper cualquier pesadez de la mañana, estimular tu
apetito y enfrentar con mejores bríos al resto de la jornada.
Aquella
persona que va al recital por el cual tanto te preparaste, sea por tu
invitación o no más por sorpresa. Incluso por casualidad, es igual de grato,
porque está acompañando a un triunfo personal.
Esos
acompañamientos cuando la enfermedad o los accidentes o el último adiós se
presentan; sean de manera presencial o
virtual, vaya que son necesarios y reconciliadores.
Esas
personas que te acompañan en las buenas y en las malas; cuando haces una fiesta
o regalas experiencias increíbles, como cuando requieres un donante de sangre o
alguien que nada más se siente allí a tu lado cuando sólo necesitas hablar,
callar, gritar o llorar.
Brindamos
por esos acompañamientos cuando has obtenido un título o ascenso y las personas
que te quieren, celebran con igual o mayor fuerza porque es lo que esperaban y
deseaban para ti.
Esos
acompañamientos cuando de la nada, envías un mensaje de cariño y de recuerdo,
chateas un rato y brindas ánimo con retroactividad, haciéndose ambos el mejor
de los bienes.
Cuando
alguien acompaña los logros de los tuyos, aún sin conocerles, no más porque son
importantes para ti.
Quienes
más que sorprender, llegan a hacer lo debido, incluso si te molesta o avergüenza,
nada más por tu bienestar. A pesar de que se juegan la amistad, saben que
siempre el verdadero objetivo se habrá cumplido: que todo en tu vida esté, bien.
Para
esos seres que hacen las cosas esperando siempre una cosa a cambio: que estés bien, no queda más que
brindarles aplausos, aprecio, ser recíprocos y jamás perderles, allende la
distancia y el tiempo.
Porque
el paso por la vida nos muestra a personas equivocadas, cierto es. Pero esas
se defenestran solas, y siempre nos quedarán quienes nos brinden los diversos acompañamientos
que nos harán crecer en mente y alma.
Gracias
a quienes me leen, son los acompañamientos de mi sentir y expresar. Conmigo en
las buenas y en las malas, por siempre, contarán. Palabra de honor.
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