El Perro "Comenunca" y Yo

Él es "Comenunca", un perro de la calle. Cada día hace meses, cuando me tocaba ir a la parada de bus para ir a mi trabajo, él me perseguía e intentaba morder. 
Me sentía como en mida sentimental, no querido, con la diferencia de que en la vida amorosa es por quien me conoce, no por quien no me conoce.

Espantarlo, amenazarle con palos o piedras (sin pegarle), gritarle, imitar sus ladridos y hablarle no surtían efecto. Cada día era lo mismo y hasta me detectaba sí intentaba evitarlo, esperándome en la parada.

La solución que encontré, muy a los Pavlov, fue tocar su sentimiento. De una orden de pollo frito que compré para mí, tomé un muslo completo y se lo llevé. Recuerdo que él venía hacia mí con la intención diaria de hacerme correr. El muslo le detuvo.

Cuando movió la cola, me agaché. Estiré primero la mano izquierda que nada tenía, con el puño cerrado como se acostumbra, para que él olfateara. Lo hizo. Allí extendí la mano y saludó con la pata.

Coloqué el muslo de pollo en su boca y se fue.

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Desde ese día me ve y no me ladra, no me ataca, pero no me mueve la cola. Sólo estamos en paz. No lo compré, le di a entender que no estoy en su contra.

¿Y si los humanos nos entendiéramos así en nuestras diferencias, o cuando el feeling nos hace sentirnos adversos a una persona sin saber el por qué?

¿Qué tal si hubiese una negociación que dé a entender que no hay enemistad, sino diferencias de criterio, sensibilidad y convicción, pero se puede conseguir la equidad?

Y en el orden amoroso, ¿no podría un presente ser aunque sea un nivel de interés en que algo se formalice, una oportunidad a quien crees te cae mal o no te da nota, sin que le hayas dado el chance de mostrarte quién es?

Muchas veces el amor coloca vendas y audífonos que hacen que la gente se obnubile y no se siente a ver las muestras pequeñas por hacer las paces y que las cosas vayan metódicamente bien, en pro de la amistad, el amor, la convivencia y la unión.

Sólo hay que demostrar la buena voluntad, ceder. Eso se hace antes de batallar. Debemos bajar los enemigos que no existen, porque los reales enemigos están atacando nuestra alma, mente, corazón y cuerpo mientras nos distraemos.

Por cierto, a "Comenunca" no le gusta la Perrarina, pero sí el arroz con jamón. Él es un vagabundo que sabe su lugar en el mundo: Ser feliz con lo que tiene.

¿Y tú?, ¿sabes de ese lugar en el mundo?

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