Estoy durmiendo
muy calmo y de pronto me despierto sobresaltado buscando respuestas de
preguntas que no me he hecho. Como si me faltara algo, con la inquietud que me
llama.
¿Será el alma
que se aburrió de estar adormilada y me sacude con el ímpetu de que empiece a
buscar soluciones a lo que no ha llegado?
¿O serán
pendientes que he bloqueado para vivir una realidad superflua?
Intento volverme
a dormir y los ojos abiertos son dos faros de extrañeza en la trémula noche.
Giros y giros inquietos buscando de nuevo los placeres oníricos.
Pero, nada. La
inquietud de nuevo vuelve. Es allí donde me toca convencerme de una realidad
que bien clara tengo: la mente descansa en la horizontalidad del colchón y se
defiende, ataca, crea, reflexiona en la verticalidad de estar en el camino.
Los sueños sí
pueden tener cabida en distintas formas en ambos momentos. Los que controlamos
con ese toque anárquico propio de nuestra humanidad y los que nos controlan llevándonos
a lo recóndito de nuestra imaginación y potencial.
Estos últimos,
que no tienen control y rompen cualquier paradigma, son aún más bonitos que
aquellos que vamos formando con un guion a nuestra medida. Los sueños al dormir
buscan colorear nuestro mundo y
hacernos romper los imposibles, que es la razón de ser de nuestra mente.
¿Potencial?,
¡eso es!, es el potencial que me llama mientras duermo porque yo no le llamo al
estar despierto. Ese potencial para que hasta en las cosas más pequeñas le
aporte al mundo algo desde mi propio mundo.
Porque para eso estoy…estamos.
Para mantener al alma despierta así como ella nos mantiene con vida. Que sea
ese beso que no llega porque quizá no lo merezco, no es mi destino o la
portadora fue también un sueño efímero que se desvaneció en la platónica noche.
O quizá es el
alma quien debería besarme la vida y yo la tengo allí, somnolienta y
desvitalizada por ocuparme de lo urgente pero no de lo importante. Y está tan
relajada que en las noches va a darme un susto por mi propio bien.
Y que cuando
esta vaya al juicio universal jamás sea acusada de sedentarismo ni de exceso.
Sino exonerada de todo pecado de orgullo, pretensión, indiferencia y olvido.
Que fue un alma
que en vida tuvo un buen descanso y que en la muerte pudo descansar en paz.
He sacado esto
de mi alma y vuelvo a esa paz que antes creía tener y es ficticia pero ahora es
real gracias al entendimiento y que lo será más gracias a la acción.
Con una
conciencia tranquila, donde a nadie perturbas y nadie te lo hace. Donde no
sueñas con alguien que no te sueña, en el que no existen malos entendidos ni
pierdes tu personalidad. No, no es el mundo ideal porque ese que uno dibuja
para sí mismo termina siendo erróneo por efecto dominó para otro.
El mundo ideal ya estaba construido y la humanidad lo desdibujó. Yo sólo quiero ayudar con el pincel de mis acciones a hacer uno en el que mi firma valga algo para otros y que me permita volver a dormir tranquilo junto a mi alma que al fin podrá hacer el viaje astral en ese universo que todos podemos tocar y que se llama vida, procaz, divertida, extraña y cuan peregrina que es y así ayudarme a soñar despierto mucho más…y mejor.
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