Dicen que ellos no pueden ver los colores, sino que
todo lo ven gris. Más la verdad es que ellos llenan el mundo de los humanos que
les aman, de color, calma y sonrisas.
Son esos seres queridos que llegan para cuidarles y
terminan siendo ellos quienes cuidan, ya sea física o anímicamente.
¡Nada puede doler cuando una mascota está cerca!,
porque sin responderte te escuchan y no te dejan hablando solo. Porque las
palabras nacen del alma, las respuestas llegan, todo se torna en calma, las
esperanzas se renuevan, la fuerza se reaviva.
Les digas mascotas, compañeros, hijos, camaradas,
aliados, guardianes, esos animales no están contigo por casualidad, ¡es que los
ángeles siempre toman formas distintas para estar cerca de ti y sacar lo mejor
de tu humanidad!
Perros
Favoritos del mundo. Guardianes, cazadores,
rastreadores, rescatadores, dinámicos, alarmas, juguetones, cariñosos,
enérgicos, constantes, fieles, celosos. Con esas miradas que dominan al más
fuerte, con su pelaje, cola, porte, ladrido, costumbre y curiosidad innata.
No importa la raza, en ellos hay amigos fieles de por vida. Porque
cuando ellos se van y su cuerpo inerte se lleva lágrimas y un pedazo del
corazón, en el cielo donde merecen estar jamás te olvidan. Desde allí te cuidan
y muchas veces como otro ángel perruno a ti vuelven.
Ellos son el amor que tú les tienes y mucho más,
tanto que el humano es el que tiene que aprender a amar con mayor intensidad
para alcanzarle y para eso no basta esta vida. Más de seguro se encontrarán en
la eternidad.
Cuando están solos, ante una puerta, rincón, cama o
trapo te esperan; y se abre la puerta y llegas y ya su corazón te anhela y tus
penurias, se llevan.
Gatos
Refinados, soberbios curiosos, arriesgados, celosos,
algo indiferentes, mañosos, astutos, descarados, imponentes, osados, vigilantes,
perceptivos, anhelantes, mimosos, amoldables y gustosos del contacto. Así y más
son los gatos.
Son muy autosuficientes, pero el amor es algo que
saben que se consiguen en quien les cuida, mima, juega, carga, trae y lleva y
“que se porten bien”, les aconseja.
A veces villanos, muchas otras héroes. La vida del
gato es de siete o es de nueve, es de tabúes o es de cotidianidad. Con ellos no
se sabe si contar o seguirles. Son un enigma que atrae y que a su vez acompaña.
Pase lo que pase, ellos volverán a ese lugar que
saben que es su casa, donde por su amor más allá de su instinto, reciben igual
cariño.
Cuando un gato contigo se acuesta, la picardía sube
y sonreír nada cuesta.
Aves
¿Cuántas veces no se ha dicho que un ave en
cautiverio es un ave triste?, muchísimas. Pero estando en una jaula trinan de
tal manera que se hacen cantos que para nada son lamenteros. Son ellos y en su
naturaleza, para alegría del mundo por igual que volando de árbol en árbol, se
expresan.
Las guacamayas, pericos y loros a las casas llegan,
porque saben que bajo un techo hay una mano amiga que les brinda alimento. Así
como en la calle nos detenemos a darle no de lo que nos sobra sino de lo que
tenemos al que no tiene y nos sonríe, pagándonos y pegándonos en el alma, así
mismo estas aves y turpiales, cardenales, colibríes y canarios nos compensa con
su aleteo, trino, canto y regreso.
La confianza de una mascota es amor. Y lo que para
muchos es cautiverio, para ellos es un sencillo vuelo, ver figuras grandes
cerca y no temerles porque les atienden, dan de comer, les dan agua y en
palabras y cariñitos les expresan su querer.
¡Ya quisiera el hombre preso siendo inocente recibir
ese cariño para sentirse seguro en un mundo hostil!, las aves saben que el amor
no es sólo el vuelo, es que su presencia alegre más de un vivir.
Peces
Nadie sabe cuándo el pez está triste ni contento,
porque lo olvida y vuelve a empezar a los pocos segundos. Y por instinto está
contento al estar en sus elementos dando vueltas, lejos de cualquier
depredador, disfrutando de “pescar” el alimento que su dueño le ofrece en
pequeñas partículas de colores que esparce en su pecera.
De allá para acá día y noche el pez da color a una
habitación que se vería árida y oscura sin su presencia. En el mar nadaría más
así como por igual temería. En el río lucharía contra la corriente y para ir a
morir río abajo o río arriba es que ganaría.
Una mascota que sin sonido, sin atender llamados,
sin verte siquiera, te permite entender lo pequeño que somos y cuánta paz
necesitamos.
Tortuga o Morrocoy
Viven para vivir mucho. Se protegen en su mundo
interior, tal cual tú o yo hacemos cuando el mundo es hostil, aburrido, triste
o simplemente queremos dormir o reflexionar.
Van a paso lento pero seguro por donde quieren.
Aunque a mucho le temen, siempre confían en ellas mismas y van hacia su meta.
Esa mascota es el éxito que no queremos entender hasta que le vemos a la
liebre, vencer.
Necias a la par de serenas; dignas a la vez de hacer
cosas que son muy ordinarias; bonitas muy a su manera. En ellas hay un amor por
la atención que buscan a toda su velocidad, pes cundo se saben seguras y
mimadas, muy a su manera el cariño demuestran y con quienes le cuidan,
fielmente se quedan.
Por todas las demás mascotas
Mientras les des amor, cuidados y una vida digna, no
podemos decir que la sacamos de su hábitat para nuestro beneplácito. Si se
piensa bien, quizá es que animales que se hacen mascotas y sus nuevos dueños o
compañeros, de una u otra forma debían encontrarse. Y nada mejor que encontrarse
en compañía del amor.
Oda a las mascotas
¡Qué triste cuando por irse al cielo, nos dejan!,
¡Qué vergüenza cuando por nuestros errores se pierden!, ¡Qué dolor cuando el
mundo les crea consecuencias!
¡Más qué virtud y privilegio es cuando a nuestras vidas
llegan, tengan la edad que tengan!, cuando con nosotros y los nuestros juegan,
cuando nos acompañan y nos celan. Cuando luego de la jornada nos esperan,
cuando dormimos nuestros sueños velan, cuando tristes estamos con su presencia
en nuestro regazo nos conduelan.
Si estamos enfermos son nuestra cura; sí el dolor
nos mata, nos reavivan; demuestran amor a quien amor nos prodiga y así como un
salmo, de quienes son malos nos cuidan y libran.
Si alguien se incomoda, estornuda o no se acostumbra
a ellas, sus dueños (amos, padres, amigos, como usted se identifique), pues a
la mascota defienden y la justifican diciendo esta gran verdad:
Ella aquí se queda y
tiene prioridad, porque es de la familia y por ende este es su hogar.
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