viernes

Algo Mágico...

Esta carta me la dedicaron y a su vez solicitaron la colocara. Recuerdo haber leído que Pedro Infante hacía obras de caridad de las cuales nadie se enteró hasta luego después de su muerte. No me gusta hacer las cosas buenas esperando algo a cambio, porque ser amigo es para siempre sin importar las brechas y rutas del tiempo y destino. Más nobleza obliga y aquí la coloco, tan emocionado como no podría describirlo. Millardos de Gracias Miriam...

Parece mentira que las cosas insignificantes de la vida (como es Internet mismo) te ayude a pasar un mal bache, conocer a alguien que te devuelva las ganas de sonreír y que, a pesar de la distancia y de la diferencia horaria, existan los teléfonos móviles para lograr cercanía.

Reconozco que no soy una persona especialmente de carácter abierto, la vida ha hecho que sea una persona que no confía en las personas de buenas a primeras, pero a la persona que va dirigido  esto le debo el haberme recuperado anímicamente de la ruptura con mi expareja.


Ya lo había empezado a seguir en Twitter y él a mí, y le había agregado a mi FB. Eso sucedió antes que me llevara el “golpe”.

La misma noche en que puse fin a cinco años de relación y promesa de boda, recuerdo que me metí en el coche y me puse a darle puñetazos al volante llorando; me calmé un poco y cogí mi móvil. Había una llamada perdida del exterior. Me figuré quién era y más puñetazos al volante, ya por el hecho de no haber contestado.

Ese fin de semana fue horrible. El martes de la semana siguiente al menos ocurrió que dejara de llorar. Eran las 22:05 y estaba descargando música. No dejaba de llorar y algo mágico ocurrió. Creía que me llamaba una amiga belga pero, cuando pregunté quién era y aquella voz dulce y tranquilizadora respondió: Argenis, me quedé de piedra. Rápidamente me sequé las lágrimas y le pregunté que cómo estaba. Pienso que ambos nos cortamos mucho al hablar, porque la conversación solo duró segundos.

Colgué, fui al baño, me lavé la cara y me quedé mirando al móvil con cariño. Me tranquilicé, respiré hondo y me fui a cenar con mi familia.

A partir de ese día, mi tristeza fue disminuyendo. Gracias a Argenis comencé a relatar algo que nunca me creí capaz: contar mi pasado como deportista y cómo mi enfermedad dio un giro total a mi vida. Hasta tuve el coraje suficiente para volver a ver los vídeos de is entrenos y carreras!

Al finalizar el relato mi autoestima subió por las nubes y, a día de hoy, salgo con los amig@s, etc. Y lo mejor, le planto una sonrisa a todo lo que la vida me ponga por delante.

Este texto está realizado con el propósito de transmitir mi agradecimiento a Argenis, hacerle ver la gran persona que es y el gran ser humano que será de alguna chica muy afortunada (estoy segurísima) J .

Con muchísimo cariño desde España. Tu amiga por siempre:
Miriam González.
NY Tax Attorney

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