No molestan, porque están acompasados.
Son la canción ideal para quienes se están entregando.
En ellos está una sana competencia, ya que ningún gemido ni suspiro puede ser más débil que su sonar.
Invita a gemir, invita a suspirar, invita a gritar e insta a seguir.
Se hace un ritmo acompasado con dos cuerpos.
Es el reflejo de la fuerza, de la frecuencia, de la insistencia, del resistir y el querer seguir.
El rechinido de una cama es el eco que va al mundo, diciendo que hay vida, hay entrega y pasión entre esas cuatro paredes. Y la privacía no se ve vulnerada por el sonido que escapa.
Un colchón rígido y sin sonido puede ser muy confortable para dormir. Pero para la entrega entre dos, es un aburrido campo de batalla donde quizás ya hay rutina, desgano y el cumplir por cumplir.
Ese sonido te acompañará toda la vida, encima o fuera de ella.
No es la canción romántica que les une, pero es el sonido que sale del arte de amarse, tenerse y entregarse.
Un rechinido es una de las pruebas más directas, que algo divino ocurre.
Los resortes, el jergón, las patas. Una cama es un instrumento que suena por ambos, acompañando el canto de sus voces y respiración hasta llegar a la nota más alta y luego, al silencio de un abrazo agradecido por lo vivido.
¿Lo recuerdas? ¿Te gusta o no?
Son la canción ideal para quienes se están entregando.
En ellos está una sana competencia, ya que ningún gemido ni suspiro puede ser más débil que su sonar.
Invita a gemir, invita a suspirar, invita a gritar e insta a seguir.
Se hace un ritmo acompasado con dos cuerpos.
Es el reflejo de la fuerza, de la frecuencia, de la insistencia, del resistir y el querer seguir.
El rechinido de una cama es el eco que va al mundo, diciendo que hay vida, hay entrega y pasión entre esas cuatro paredes. Y la privacía no se ve vulnerada por el sonido que escapa.
Un colchón rígido y sin sonido puede ser muy confortable para dormir. Pero para la entrega entre dos, es un aburrido campo de batalla donde quizás ya hay rutina, desgano y el cumplir por cumplir.
Ese sonido te acompañará toda la vida, encima o fuera de ella.
No es la canción romántica que les une, pero es el sonido que sale del arte de amarse, tenerse y entregarse.
Un rechinido es una de las pruebas más directas, que algo divino ocurre.
Los resortes, el jergón, las patas. Una cama es un instrumento que suena por ambos, acompañando el canto de sus voces y respiración hasta llegar a la nota más alta y luego, al silencio de un abrazo agradecido por lo vivido.
¿Lo recuerdas? ¿Te gusta o no?
No hay comentarios:
Publicar un comentario