¿A quién se desea engañar?, si el amor verdadero no conoce
secretos, es sincero, libre y espontáneo, es ingenuo y puro.
El amor verdadero, no es egoísta, es
bondadoso y sencillo.
El amor verdadero, no tiene
prejuicios, no se oculta, se evidencia, no busca sombras ni te hace sentir como
algo oscuro, dañino y sombrío.
El amor verdadero es alegre, busca la
claridad, la armonía y la paz; así como el amanecer en cada día, que nos brinda
una nueva oportunidad para vivir.
El amor verdadero no encadena, no
obliga ni te ancla para siempre. Te enseña a elegir y seguir adelante. No
podemos vivir presos en nuestros pensamientos, ni amarrados a un pasado, pues
sería no permitirnos ser felices a nosotros mismos ni a los que están con
nosotros y nos ofrecen su cariño.
El verdadero amor, precisa en su
momento de un torbellino maravilloso en el alma, si ha de seguir continúa, pero si al
contrario, por circunstancias que no sabemos ha de cerrar un ciclo para darle
paso a otro, debemos asimilarlo. Nada es eterno, todo cambia.
El verdadero amor te hace feliz al
expresarlo, te hace sentir en el éxtasis de tu existencia y reconocer la
verdadera alegría.
El verdadero amor te impulsa a valorar
realmente a esa persona que está incondicionalmente a tu lado y detenerte en
ella, apreciándola como una magnífica bendición.
El verdadero amor es cuidadoso, con
sus acciones, con sus palabras, no ofende ni hiere, al contrario ensalza y
agradece…
Hermoso!
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