Foto de Maracay Desde sede de Radio Aragua Mágica Autora: Saritza Barazarte |
Tomado del muro en Facebook de Saritza Barazarte (@sari_pop), comunicadora social aragüeña, bailarina y artista, recientemente mudada a Noruega. Una vecina y colega mía, que se hizo ciudadana del mundo. Éxitos siempre.
Hoy mi madre me hizo llegar
una pregunta de una tía interesada en saber qué extraño de Venezuela… la
pregunta me cayó un poco de sorpresa ya que mi madre y yo aprovechamos el
tiempo de la conversa a través de Skype y no tocamos estos temas, pero en vista
a que alcance solo a decir que a la familia y sabiendo que yo siento un gran
amor por mi país de los cuales mis padres y principalmente mi papá me
inculcaron “el amor por lo nuestro”; me puse a reflexionar mientras preparaba
unas ricas caraotas sobre lo que extraño de mi país…
La cosa es que mientras más
pensaba, me di cuenta que muchas de las cosas que extraño no son solo de un mes
para acá sino que tienen mucho más tiempo y quisiera dejarles saber algunas…
Paisaje noruego Foto: Saritza Barazarte |
Extraño salir de paseo con mi
mamá a la Plaza Bicentenaria y comer en la pizzería que estaba allí hace ya
bastante tiempo, ese paseo sin presión por la hora, por lo oscuro, por lo
inseguro o por poder pagar el gusto de una comidita fuera de casa… extraño
cuando salíamos de viaje con mi papá y en la mayoría de los casos lo hacíamos
de noche, sin miedos ni angustias, incluso mi papá solía hacer muchas paradas
en los caminos y llegábamos a nuestro destino entrada la noche a disfrutar de
las vacaciones…
Extraño visitar a mi mamá en
el trabajo y pasear por el supermercado, la tienda y la venta de cosméticos que
antes quedaban allí, todo por separado, anaqueles llenos de productos,
mercancía de todas partes, mil opciones para comprar y poder elegir lo que
querías; realmente los que tuvimos la oportunidad de salir a hacer mercado con
nuestros padres sabemos que disfrutábamos ir sentados dentro del carrito,
ayudarlos a llevar la compra, o simplemente ayudarles a tomar del estante lo
que se necesitada… eso era divertido y era tiempo para compartir aunque a
algunos les pueda parecer trivial.
Extraño ir al Teatro de la Ópera y ver una función del Ballet Contemporáneo de Caracas o del Teresa
Carreño, aquellos Festivales de teatro maravillosos o una función de cualquier
agrupación local… extraño entrar al teatro y sentir esa sensación de limpieza,
hermosura, sutileza, perfección, tantas cosas… uno de mis lugares favoritos…
Extraño ir a una función en
el Teatro Ateneo de Maracay y poder caminar hasta la Avenida Bolívar a las 9 de
la noche sin temor de ser robada, incluso muchas veces camine del teatro a mi
casa, algo imposible de hacer actualmente.
Extraño ir con mis amigas a
caminar por Las Ballenas de paseo, comer, salir de noche a una disco como en la
época universitaria y llegar de madrugada a la casa sin pensar que algo malo
pueda pasar.
Foto: Saritza Barazarte |
Extraño la capacidad de
elegir que comprar, que hacer, que comer… simplemente vivir como queremos y
merecemos…
Extraño ir a una fiesta o reunión
sin tener que caer en temas ásperos por diversidad de ideales, porque la cosa
no es pensar diferente, si no que ahora muchos se dan a la tarea de querer
destruir a un hermano por no pensar como él.
Son muchísimas las cosas que
extraño de mi país… Claro que extraño a mi familia y amigos, ver todos los días
a mi mamá en persona, comer su comidita, los abrazos apretados de mi papá,
reunirme con mis tíos, primos y demás familiares, hacerle cariñitos a mi
cachorrita, salir con mis amigos, los paseos de fin de semana a Cuyagua, entre
otras tantas cosas que es difícil hacerlo en una nota…
Gracias a Dios tengo harina PAN
y eso le pone el toque de sabor criollo; pero gran parte de lo que extraño se
resume en la Venezuela en que nací, esa del venezolano solidario y echador de
broma, aquella donde la rivalidad más grande era por béisbol pero igualito
compartían, donde se podría salir en 31 de diciembre a repartir feliz año por
toda la cuadra, donde los símbolos patrios eran verdaderamente respetados,
donde la gente luchaba por sus metas y donde los motivos sobraban para
compartir con la familia y amigos y no precisamente haciendo cola para que
puedas comprar las sobras. No digo que éramos perfectos pero se vivía como en
una gran familia...
Como ha pasado el tiempo y
que rápido nos hemos tenido que ir acomodando a vivir la Venezuela que nos
están dejando. “Sobreviviendo pero no acostumbrada a esto”…
Mis motivos para estar fuera
del país no son precisamente huir de la realidad pero ojalá que en un futuro no
lejano pueda dejar de extrañar estas cosas de mi país y que este siga siendo el
país con una geografía majestuosa donde la diversidad de su gente no nos
divida, sino que nos una, donde sentirse orgulloso de ser venezolano no sea una
frase de moda sino un verdadero sentir.
¡Te amo Venezuela!
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