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Esa historia que de ti vi en Instagram, de esas que dicen durar 24 horas allí, pero que se labran en el alma a través del prisma de los ojos, me cautivó.
Labios que aunque no me bendigan con el legado del beso, y que quizá han besado ya otros labios, merecen ser reconocidos por hermosos, ya que no sólo son carnosos, sino que con una sonrisa que daría envidia a la Mona Lisa, dibujan un corazón que harían que cualquier hombre se derrita.
Mujer de labios de corazón, esa que con o sin pintura de labios das a resaltar la vida con una sonrisa que podría ser la expresión icónica del amor moderno, picante, tentador, portentoso y a su vez, tierno.
Cada mejilla se ruboriza con un beso de saludo de ti; cada frente se siente bendita porque le das un beso noble que deja huella más allá de la pintura labial.
Y ni hablar del beso, del profundo y del bello. Ese beso que se siente hasta con solo imaginarlo, inspirado en una fotografía, una selfie, un poema hecho imagen, ese poema que eres tú.
Eternamente agradecido porque pude admirar vuestro rostro y que entre esa sonrisa afable y esa mirada serena, noté una sensación buena, que no es más que en la distancia, aunque pecaminoso, el poder besarte y corazones con forma de tus labios, en derredor dibujarme.
Esa historia que de ti vi en Instagram, de esas que dicen durar 24 horas allí, pero que se labran en el alma a través del prisma de los ojos, me cautivó.
Labios que aunque no me bendigan con el legado del beso, y que quizá han besado ya otros labios, merecen ser reconocidos por hermosos, ya que no sólo son carnosos, sino que con una sonrisa que daría envidia a la Mona Lisa, dibujan un corazón que harían que cualquier hombre se derrita.
Mujer de labios de corazón, esa que con o sin pintura de labios das a resaltar la vida con una sonrisa que podría ser la expresión icónica del amor moderno, picante, tentador, portentoso y a su vez, tierno.
Cada mejilla se ruboriza con un beso de saludo de ti; cada frente se siente bendita porque le das un beso noble que deja huella más allá de la pintura labial.
Y ni hablar del beso, del profundo y del bello. Ese beso que se siente hasta con solo imaginarlo, inspirado en una fotografía, una selfie, un poema hecho imagen, ese poema que eres tú.
Eternamente agradecido porque pude admirar vuestro rostro y que entre esa sonrisa afable y esa mirada serena, noté una sensación buena, que no es más que en la distancia, aunque pecaminoso, el poder besarte y corazones con forma de tus labios, en derredor dibujarme.
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