Dispense
señorita, le vi vestida de blanco, la brisa jugando con su falda, caminando
serena y sola y no me queda más que abordarle con atrevimiento y sin pena, ¿es
usted casada?
¡No,
no lo soy!
Pues
voy a decirle algo, sobre el amor.
¡A
ver, diga, pero con respeto!
Lo
que le diré es sencillo. El blanco es pureza, no sólo de cuerpo, sino del
mundanal ruido de la indiferencia, la maldad y la desolación. Y muchas novias
lo dignifican y otras no.
¡Quiero
comprenderle!, ¿me explica bien?
Bueno,
sencillo, el día que usted se case, sí así lo quisiera o su destino fuere,
hágalo con este vestido, ante el mar. Bríndele al amor de quien la despose una
presencia digna como la que ahora porta. Y sobre todo, bríndele a la
naturaleza, todo lo que usted es. El viento, las olas, natura toda, le van a
rendir pleitesía ante su determinación de ser una gran mujer.
¡Eso
es lindo, señor!, pero, ¿y sí no me caso?
El
mar igual le va a brindar sus cantares con lo prístino de sus aguas y lo lauco
de las olas. El cielo le dará un sol de calma desde el amanecer y el atardecer.
Tan sólo vaya de blanco y juegue con la arena que le hará alfombras de agua que
se llevarán las cuitas y síntomas negativos que la vida tiene.
¿Por
qué me dice todo eso?, ¿qué quiere de mí?
Porque
me nace y por el trasfondo de todo hombre, yo quiero dos cosas de usted: que
sepa que el blanco le hace bien, que todo color le sienta, que toda moda le
presta, pero sólo sí emerge de las tribulaciones y sigue siendo usted.
¿Y
la segunda cosa?
Que
antes de su boda o de su viaje al mar, venga acá y deje una marca,
cualesquiera. Yo la veré y sabré que al menos lo intentó para probar. Y me daré
un espaldarazo de seguridad que lo que me motivó a decirle esto, tenía razón.
¡No
le prometo nada!
Yo
le prometo que usted será feliz. Dispense, hasta siempre, dama de blanco.
Argenis Serrano - @Romantistech
No hay comentarios:
Publicar un comentario