Quizá no lo sepas, tu intuición no lo perciba ni tu interés se avoque a
ello. Pero cada día me pregunto el cómo será nuestro primer beso.
Permiteme decirte cómo imagino, nuestro primer beso... |
No sé si acaso sea como si la Luna se acercara más a la Tierra y las
olas se desataran y erradicaran todo vestigio de dolor en el desierto de mi
soledad.
Quizá sea como oler los colores, musicalizar pensamientos, deslastrarse
de pesados fardos que la vida diaria me ha dado.
Si me imagino que los 100.000 latidos diarios que tenemos y nos
mantienen con vida subirán exponencialmente en mi pecho, no para matarme, sino
más bien para darme un tiempo de vida extra, ese que se detendrá entre tus
labios.
¿Y del abrazo y las miradas previas, qué?, caray, entre nervios, sonrisas
temblorosas, que quizá sean impropias para quienes ya no somos tan
adolescentes, aunque adolezcamos de algunas cosas del mundo de los adultos.
Un rápido y seguro acercamiento al asirte de la cintura, unas palabras
que no se pueden escribir porque serán espontáneas, un juego de acercamientos
como el de las bolas de billar cuando entre las bandas van creando la geometría
del triunfo.
No se nos olvide el entrelazar de los dedos, eso es importantísimo,
porque no es juego, es seguridad, es como "ligar a que resulte"; es
buscar la fuerza de amarre de la soga a través del ojo del camelo con el que
una embarcación es detenida para que no se vaya sola, sin rumbo y naufrague,
dejando a un navegante en un lugar que no es el de él.
¡Y el beso!, como las cuatro estaciones de Piazzola, con esos sonidos
que descubrieron el fuego dentro de mí, el aire sobre ti, el agua alrededor de
ambos, la tierra debajo de nosotros, el bosque detrás de nos y el hielo
haciéndonos pleitesía.
Y luego de uno, otro y dos más, con la picardía de un jugador que tiene
la mano ganada y ve a los otros haciendo vanos intentos por el triunfo; como el
bebé que luego del beso extiende los brazos alegre y moviendo sus labios de
manera graciosa, pero diciendo "cariño"; como la mascota que más que
eso es familia y da amor a la persona que casada llega a casa.
Así, es así y mucho más que he imaginado ese nuestro primer beso, ese
que no sé a qué nos llevará pero con mi mochila y cantimplora ya me encontrará
como viajero.
Ese beso, que no sé pedir, que no sé si merezco, que podría ser el fin,
que es hasta ahora un sueño sin destinataria.
Ese, nuestro primer beso, que simplemente de alguien de bien espero y
espero y espero, vislumbrado una noche oscura sin esa luz y un día claro sin
esa sombra.
No sé tú, pero ojalá que nuestro primer beso sea para ti así como lo soñé,
aunque con alguien que no sea yo.
Porque el beso jamás muere por uno, aunque siempre se muera por él.
Argenis Serrano - @Romantistech
Wow 👏🏼👏🏼👏🏼👏🏼 qué Inspiración TAN Positiva! Me complace conocerte esta faceta romántica 👏🏼👏🏼👏🏼👏🏼👏🏼
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