Más
que robarte un beso,
O
extasiarme con tu figura,
El
mayor de mis anhelos,
Es
asirte por la cintura.
Y
elevarte como tú,
Haces
con mis pensamientos,
Siendo
fuerte (como tú),
En
los más duros momentos.
Que
un abrazo tierno y firme,
Nos
una en gran por siempre,
Una
muestra que confirme,
Que
hay que ser fiel,
A
lo que sientes.
Asirte
por la cintura,
Quizá
es pecado, no sé,
Pero
luego que lo haga,
Un
mejor hombre seré.
Estando
ambos más que cerca,
Juntos
en la adversidad,
En
mis brazos sentirás,
Esa
paz, que tanto anhelas.
Sólo
buena voluntad,
Y
un amor apasionado,
Podrás
sentir al contacto,
Y
que te adoro en verdad.
Cuando
dos corazones están,
Cerca
y en fiel sincronía,
En
cada hora del día,
Nunca
falta bienestar.
Asirte
por la cintura,
Darte
vueltas, regodeando,
Para
otros, es locura,
Para
mí, que estoy soñando.
El
hombre que a su amada,
Con
cursilería trata,
Ese
nunca le maltrata,
Le
da la vida soñada.
Aquella
que en lo sombrío,
Pone
a prueba al ser bueno,
Sabrás
bien tú, amor mío,
Que
seré tu fiel guerrero.
Asirte
por la cintura,
No
es osadía como tal,
Es
el sueño de un mortal,
Que
en oraciones, conjura.
No
te lo voy a negar,
Es
mí más grande deseo,
Que
me lo cumplas, espero,
No
te voy a defraudar.
Tomarte
en brazos es inicio,
De
una historia entre los dos,
Donde
nada aquí es ficticio,
Es
puro y correcto amor.
Pido
pues, buenaventura,
Repito
insistentemente,
De
asirte por la cintura,
Y
en mí futuro, te encuentres.
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