Como una piedra
preciosa, la más hermosa y sublime, natural y humilde entre todas las joyas que
se contemplan en gemaspreciosas.org,
eres tú. Y llegaste a mi vida para ser ese tesoro infinito que sólo se
encuentra una vez en la vida.
En el arcón de tus
acciones, sentimientos, palabras y decisiones, encontré el mayor de los
tesoros. No sé qué hacer con tanta riqueza tallada en ti, una obra de arte que
camina, respira, siente, adolece y se compadece.
Eres como una piedra
preciosa por todas las características que me han transformado en el hombre más
afortunado e la existencia. Cuando todo quiere agobiarme y las soluciones no
aparecen, llegas tú y me enriqueces con ese no sé qué que te hace única,
preponderante y necesaria.
¿Por qué aseguro tanto
que eres como una piedra preciosa?, lo sabes bien pero tu humildad sin igual te
evita reconocerlo. Prefieres –y eso te hace más maravillosa- existir en la
sencillez y ser tan humana, imperfecta pero excelente como naturalmente lo
eres.
Eres tan fuerte como un
diamante, tu luz brilla única entre la multitud, reflejando cada color de la
felicidad y el amor. Eres la joya más preciada en el cofre de mis sueños.
Tu mirada es como una
esmeralda deslumbrante, hipnotizante y llena de misterio. En tus ojos encuentro
la paz que sólo la naturaleza puede ofrecer, un rincón verde donde mis sueños
florecen.
Sin que se me diga
codicioso, pero quiero de por vida toda tu pasión que arde como un rubí,
intenso y vibrante y que te convierte en el fuego que da vida a mi corazón, una
chispa arrebatadora que nunca se apaga.
Como el zafiro, posees
una profundidad que atrapa el alma en esa celestial serenidad que emanas y que me
recuerda la calma de un cielo estrellado mientras estamos juntos, navegando por
el océano de nuestras emociones.
Tu belleza es idéntica a
la de una perla nacida de la más mítica de las ostras que habitan las profundidades
del océano. En cada imperfección, encuentro una historia que me enamora más de
ti, un viaje que sólo tú puedes contar.
Como una piedra
preciosa de ágata es cada momento a tu lado, ya que es lo más símil a un sano
un viaje de colores. La historia de nuestra conexión se despliega como capas en
esta piedra, revelando la complejidad y la belleza de nuestro amor.
Esa sonrisa que destella
como un topacio brillante, iluminando incluso los días más oscuros, convirtiéndote
en mi propio sol que lleva mis sombras de dudas, temores y malos momentos hacia
el reino de la luz y calidez.
Eres tal cual la
turquesa, porque brindas tranquilidad y fuerza para enfrentar cualquier
tormenta, y a la par me otorgas la serenidad que calma mis miedos y ansiedades.
Créeme, tu alegría es
como un citrino, vibrante y alegre; de allí que cada conversación contigo es un
rayo de sol que despeja las nubes y llena mi corazón de esperanzas doradas.
Tal cual sucede con un
ópalo, tu esencia está llena de matices cambiantes. Cada día descubrimos un
nuevo aspecto de nuestro amor, un caleidoscopio de emociones que nunca deja de
asombrarme.
Tienes el corazón
resplandeciente como el jade, símbolo de equilibrio y armonía en el que cada
respiro a tu lado, encuentro la reivindicación que anhelo, una conexión que
trasciende lo mundano.
Idéntica a un rubí en
un zafiro, tú traes el equilibrio perfecto entre la pasión y la serenidad, de
allí que tu presencia transforme mi mundo en una sinfonía de amor y paz, una
joya en cada momento compartido.
Como una piedra
preciosa eres un cristal multifacético, donde cada faceta brilla con su propia
luz y descubro un universo de posibilidades y sueños compartidos, donde cada
día juntos es una aventura deslumbrante.