No debemos ser los hombres occidentales como aquellos que habitan en los países árabes, para quienes las mujeres son una cosa que está infinitamente por debajo de ellos. Camina a su lado, cuando estén por la calle colócate hacia el lado que da hacia el tránsito automotor y ella más a resguardo hacia la pared.
Sí subes al transporte público con una dama, ella ha de subir primero con tu ayuda y vigilancia. Al bajar, ha de ir el hombre de primero, tanto para cancelar el importe del pasaje, como para recibir a su dama con la mano, de manera delicada pero segura, recuerda que son escalones y sitio en movimiento.
Qué chévere, buenos consejos para los jóvenes y no tan jóvenes que creyeron que la liberación femenina era que las mujeres dejaban de ser damas. Felicitaciones
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