Tienes tanta presencia que el irradiar de tu belleza interna y la externa, trascienden mucho más allá del lugar donde estás.
Por eso una cámara, capta toda la esencia de quien eres, una mujer que a sí misma se ha labrado un lugar en el mundo, aumentando así la bendición de Dios al hacerte tan bella.
Cuando te digo bella, es porque la belleza está en los ojos de quien la mira y soy uno de los miles que la nota.
No importa la pose que coloques, siempre esa sonrisa, mirada, garbo, estampa y decisión, se adueñan de mis sentidos y me subyugan.
Ver tu avatar o cualquier foto en Internet, que sea de ti, es sentirte mía. Sí, así lo confieso, mía, pero no tengo intención alguna de profanar tu ser con deseos absurdos. Sería como querer comprar el cielo con pecados, imposible y castigable.
Pero tampoco seré un santurrón, veo tus labios y provoca besarlos. Más sólo puedo tocar la pantalla y soñar. Y a veces, una lágrima de decepción es seguido de otra, porque ese es el destino de los amores platónicos: Hacerte soñar, ilusionarte, inspirarte, la reflexión, el llanto...y la resurección de la esperanza.
Esta última es la más fuerte y difícil. Requiere ser muy centrado o el abandono de su razón, será el paso final, en vez de aquel de volver a ilusionar al corazón.
Te doy gracias por tus imágenes, las que con tu permiso volveré a ver, ya que tu belleza me logró atar, tanto que sueño con el beso, de esos labios que muestras en tu avatar.
Cuando te digo bella, es porque la belleza está en los ojos de quien la mira y soy uno de los miles que la nota.
No importa la pose que coloques, siempre esa sonrisa, mirada, garbo, estampa y decisión, se adueñan de mis sentidos y me subyugan.
Ver tu avatar o cualquier foto en Internet, que sea de ti, es sentirte mía. Sí, así lo confieso, mía, pero no tengo intención alguna de profanar tu ser con deseos absurdos. Sería como querer comprar el cielo con pecados, imposible y castigable.
Pero tampoco seré un santurrón, veo tus labios y provoca besarlos. Más sólo puedo tocar la pantalla y soñar. Y a veces, una lágrima de decepción es seguido de otra, porque ese es el destino de los amores platónicos: Hacerte soñar, ilusionarte, inspirarte, la reflexión, el llanto...y la resurección de la esperanza.
Esta última es la más fuerte y difícil. Requiere ser muy centrado o el abandono de su razón, será el paso final, en vez de aquel de volver a ilusionar al corazón.
Te doy gracias por tus imágenes, las que con tu permiso volveré a ver, ya que tu belleza me logró atar, tanto que sueño con el beso, de esos labios que muestras en tu avatar.
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