martes

Conato de Ripio: "A los Niños de Cuba"

Hoy me he hecho invisible, he llegado a donde creo ser útil. Estoy entre lo más fútil y que en barbaridad es impredecible. 

Me he aparecido como hombre, con instintos de dulce y señorial abuela, entre niños que su candidez no viven, no son felices con lo que aprenden en la escuela. 


¡Oh triste me siento, quiero arrancarme el alma para no seguir llorando!, pues mientras veo sus rostros que claman paz en su inocencia, siento que el peso del mundo en sus espaldas, están los pobres cargando. 


Una maestra que enseña lo que ella aprendió y enseñar se ve obligada, ahora lo hace del corazón, pues sabe que el mismo ya no le sirve de nada. 

Les dice cosas del Che Guevara, una imagen errónea que ni a él mismo le gustaría que se divulgara. 


Ese mundo de falsa utopía, es ahora la manipulación nuestra de cada día. 

Los niños escriben lo que podrían ser, mientras no sea de su alma libre, de buen hombre y gran mujer. 

Un pequeño lápiz debe decir lo que ellos no quieren sentir, un papel gritando está, una palabra muda, la llamada: ¡Libertad!.

La maestra sale pues ya la orden está, en forma de guía se les enseñó a defenderse de molinos de viento que sus mentes ni siquiera deberían imaginar. 

Me hago visible, no se sorprenden, pues un turista con ojos de asombro, viendo por encima de sus hombros, alrededor de común tienen. 

Callado pregunto a sus corazones y mentes ¿dónde están y cuándo van a los parques, se ocupan de los juegos, ven televisión y se admiran con cualquier innovación? ¿Lo viven también en su mal llamada revolución?.

Contestan extrañados ¿qué son esas cosas que usted dice? no lo hemos visto en nuestra nación. Dicen nación y callan, pues la palabra a decir es ¡Patria!. 

Sus ganas de saber y vivir ese concepto se delatan, piensan en sus padres y creen en una metida de pata. Les digo ¡tranquilos, de acá no saldrá! Lo bueno es que en ustedes latentes está. 

Todo lo que el mundo es lo podrán disfrutar, sólo les pido no presten atención a que en este momento sólo quiero llorar. 

Me siento presionado pues nada más puedo hacer, sólo orar como hace el mundo y verles en este entorno crecer. 

¡Niños cubanos, niños del mundo! Lo poco que el tirano les ha dado, fíltrenlo por un segundo, no se dejen amargar, no empuñen un fusil, no piensen nada vil, sea en este o en otro lugar. 

Vuestro potencial será el nuevo hilo, que hará una Constitución, el ejemplo de un pueblo que muestra con emoción, que si el mundo y sus problemas no le afectaron, sus problemas internos al mundo no hay que regarlos. 

Serán los médicos, atletas y escritores, cantantes, pintoras y cultores. Esos que con talento, sabor y mil amores, vivieron muchos años de tortura y sinsabores. 

Estoy seguro que sus lápiz escribirán, las palabras justas de su nueva libertad. Serán el ejemplo que los demás han de seguir, no será patria de uno, más bien el lugar donde todos querrán ir. 

Su historia nunca epilogo tendrá, se seguirá escribiendo sin un halo de maldad. En sus rostros había entendimiento, pues han sido tan inteligentes, que le han puesto utilidad al sufrimiento. 

Sus padres como yo seguro estarán llorando, yo por sentirme inútil, ellos por estar el momento de gloria aún esperando. Regresa la maestra, me hago invisible de nuevo, lanzo un grito como espectro, que los dañados escuchan y desde otrora están temiendo; pues presienten que es el verdadero comienzo, de la Cuba libre que el mundo está desde hace mucho pidiendo. 

Para los buenos este es igual al de sus almas el grito, que toman con calma y sabor exquisito. Pero yo me desespero pues ese gran grito, lo doy en mi cama, soñando comodito. 

Y estando despierto, sea cual sea el lugar, atento me pongo para poder escuchar, como hace el resto del mundo, ese grito sin par, que dirá ¡Cuba Libre! ¡Así si será digna de su ejemplo imitar!. 

Mi Venezuela, de esto aprenderá, porque con un nuevo líder y pensamientos claros, sin peleas entre sí ni quejas sin sustento, del atolladero sacarán, porque una Cuba como esa, no se debe repetir en ningún otro lugar.

(Quise hacer versos y no salieron, coloqué esta ripia más no se adecuó. Es que no está de poesía ni cantos o tratados ello que acá se leyó, está ya de acciones concretas adosadas con mucho de noble y sentida oración).

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