viernes

¿Te arrepientes de haberlo hecho conmigo?


Dime mujer, tú sabes quién eres
y lo valiosa que eres;
luego de tanto tiempo que lo hicimos
Exprésame tajante, bello recuerdo mío
¿te arrepientes que lo hicimos?
¿fue tan malo estar conmigo?
¿por qué no hubo despedida,
y ese cenit de responsable placer, no concluimos?

Te tuve y no te tuve, lamento no tenerte ahora,
me entregué a ti y a la vez no lo hice,
no me arrepiento de aquello que sucedió
que debió ser mejor y por mí, no lo fue
y que ocurrió porque le sacamos placer al destino.


¿Te arrepientes de haber sido mía,
de todo lo dicho y de todo lo hecho?
porque jugamos a cambiar el futuro
y por mi estúpida culpa todo salió mal;
y es que el futuro no se puede cambiar así de fácil
hay que medir las consecuencias y no confundir
razón con sentimiento.

Me arrepiento de hacerte de la noche
y de la luna mis cómplices para la lujuria,
de no entregarme en cuerpo y alma,
de no permitir izar velas a mi corazón.

¿Quién se equivocó?, Yo, lo aseguro
¿Estuvo el tiempo con nosotros o nosotros con el tiempo?;
prefiero exculpar al tiempo aunque eso avergüence a mi corazón,
que siempre me recuerda que debo arrepentirme
de todo lo que no sentí, mientras te hacía mía.

No me arrepiento del respeto y cruel verdad que te profesé, porque el daño que te pude hacer fue el sólo estar en cuerpo y mente,
y te lo dije claramente por mensaje y cuando me miraste a los ojos, cuando te tomé entre mis brazos, preocupado y a la vez excitado,
por aquello que sentías, importándome ser respetado y querido sin el tropel de sentimientos que debía tener por ti, mientras podías sentirme parte de tu cuerpo.


Si antes era muy pronto, ahora es demasiado tarde,
nuestros destinos sólo se encontraron en esos instantes,
instantes que siento te marcaron, porque para siempre no quedaron, en el que tengo la pena de ser un hombre más del montón, un buen amante, pero un mal caballero

Más me toca culparte de un delito,
Aunque de haberte acostado conmigo quizás estés arrepentida,
te entregué mi alma y no la devolviste
me envolviste el corazón y te llevaste mil de mis sonrisas,
me dejaste hasta sin lágrimas,
secuestraste mis anhelos de pasión más optimistas.

Me arrepiento y quizás tú te arrepientes, no lo sé,
porque es mayor el daño que te he hecho
no haberme portado más derecho,
buscar contigo un suave lecho
y por mis gafedades, decepcionada te dejé.
Y en esos momentos en que quiero pensar en algo bello, escucho tus gemidos como truenos,
estremeciendo a todos mis sentidos…

…y pensándote, porque aún –creo-, somos amigos.

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