Ella
TIENE UNA RELACIÓN y me enteré por Facebook, que con frialdad te lo hace saber.
Bien
dicen que leer las redes sociales de alguien que te gusta o con quien sueñas,
puede robarte la sonrisa en vez de dártela con algo de esperanza.
Ese
dolor es tal que te hace preguntarte el destino, mirar el cielo, consultar a
Dios, tener incógnitas y pesar.
Mirar
al sol es una forma de cegarte y ya no querer ver más al mundo que te rodea...y
está tan lejano.
La
barrera de la felicidad se presenta; ya ella la saltó y está feliz tal cual
como tu querías, aunque tú estés en el lado gris, sin nadie en derredor que
desee asir tu mano e intentar ese salto de fe, salto de felicidad.
Ya
lo dijo Shaka de Virgo, "tener dudas en tu mente es perder la batalla"; esta
batalla está perdida porque no hay quien aclare qué rol tienes en el mundo,
¿espectador que aplaude, artista de arena, utilería?
Llorar
no es la solución, aunque alivie; observar el techo donde tejiste historias con
ella siendo felices, para que ahora sean cuentos del terror de la lejanía, es
un flagelar que parece masoquismo, pero es necesario.
Esa
necesidad radica en explicarte: ella está lejos, tanto física, como
sentimentalmente de ti; nunca fue tuya ni lo será, ya es ajena y sobre todo,
feliz.
Cuerpo,
dinero, dos cosas que nos vendieron como halos del amor; pero son la aptitud y
la actitud las preponderantes para la unión. Y el destino, ya que nada se sale
de la letra de Dios. Y aunque me duela, soy la letra que vive entre paréntesis.
Ella
tiene una relación y me alegra, porque esa sonrisa que en imágenes se capta,
jamás la logré. Quien hace reír enamora, en mi caso sólo hago reír. Y de esa
risa me aferro para no caer en la depresión, de la cual jamás se sale, sino que
se adentra en los recovecos más oscuros y recónditos del alma, los que separan
al bien del mal, en los que no quiero ni me permitiré habitar.
La
felicidad ajena no debe opacar la mía; de hacerlo, que el cielo me condene por
ser el más sucio mezquino, un humorista corrupto que sólo quiere la felicidad
para sí mismo; me convenzo de salir y de seguir. Pero ya me toca rendirme, de
pedirle al Dios Todopoderoso y a la Virgen, me libren de la tentación de la
carne, sin hacerme vegetariano del buen gusto. Admirar a la mujer sin desear.
En resumen, no buscar, no esperar, no aspirar.
Ya
son demasiados desalientos; ya son demasiados mensajes de amigos de
"insiste, es tu mentalidad", sin saber qué aptitud y actitud tomo en
la ocasión, mi determinación férrea y mi buena disposición que se estrellan.
Mis sentimientos son reales y jamás predispuestos al fracaso, porque no conozco
el futuro para decir "fracasaré", más si aprendo del pasado para no
reincidir en errores y saber cuándo vienen las estocadas.
También
me rindo de quejarme de cada infructuoso intento. Eso es un lastre que molesta
a quienes me leen, oyen y a mí mismo. No prometo no decirlo, pero sí prometo
"bajarle dos".
Hay
mucho más en este mundo que enfrascarse en temas donde resultas perdedor. Me
toca darle duro en lo que soy bueno y que reconozco y me dicen. Eso sí es una
muleta para el ánimo.
Seguir
con la moral para que el pene no me domine y me haga pecar, aunque está de lo
más demoníaco en estos días, aprovechando mi caída. Los demonios están para
vencerlos, eso no quede duda.
Pedir
ayuda a las amistades es un error también, porque lo que ven ellos no lo ven
sus amigos. Ya tuve un muy mal rato hace poco, que del cual no debí enterarme,
en el que una señora quiso ayudarme presentando mi foto a una muchacha
contemporánea conmigo; su respuesta fue, “no gracias, yo no podría estar con un
novio tan feo”.
Finalizo
diciendo: Que cada sonrisa tuya sea llevada por el viento hasta mí, para
parchar mi alma. Que mi propio ser se sane como ya ha hecho, aunque siga con
cicatrices de guerra; soy el capitán de mi destino, el dueño de mi alma, con el
trayecto trazado por Dios que es mí líder.
A
crecer con la edad, a ser el niño que me gusta, a no adolecer pero sí ser un
pana adolescente, a ser un viejo de sonrisas y no de amarguras, eso quiero ser
desde siempre y éstas vicisitudes no me lo van a frustrar, más bien me hacen
aprender.
A
darle átomos, con humor y paz. Si aprendí algo bueno, pues por ello ocurrió, el
aprendizaje siempre trae buenos frutos.
Gracias
por leer. Los consejos, mejor en helados, sushi o efectivo.
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