Si
supiera que hoy fuera la última vez que te voy a ver dormir, te abrazaría
fuertemente y rezaría al Señor para poder ser el guardián de tu alma.
Si
supiera que esta fuera la última vez que te vea salir por la puerta, te daría
un abrazo, un beso y te llamaría de nuevo para darte más.
Si
supiera que esta fuera la última vez que voy a oír tu voz, grabaría cada una de
tus palabras para poder oírlas una y otra vez indefinidamente.
Si
supiera que estos son los últimos minutos que te veo diría te quiero y no
asumiría, tontamente, que ya lo sabes.
Siempre
hay un mañana y la vida nos da otra oportunidad para hacer las cosas bien, pero
por si me equivoco y hoy es todo lo que nos queda, me gustaría decirte cuánto
te quiero y que nunca te olvidaré.
El
mañana no le está asegurado a nadie, joven o viejo.
Hoy
puede ser la última vez que veas a los que amas.
Por
eso no esperes más, hazlo hoy, ya que si el mañana nunca llega, seguramente
lamentarás el día que no tomaste tiempo para un sonrisa, un abrazo, un beso, y
que estuviste muy ocupado para concederle a alguien un último deseo.
Mantén
a los que amas cerca de ti, diles al oído lo mucho que los necesitas, quiérelos
y trátalos bien, toma tiempo para decirles "lo siento",
"perdóname", "por favor", "gracias" y todas las
palabras de amor que conoces.
Nadie
te recordará por tus pensamientos secretos.
Pide
al Señor la fuerza y sabiduría para expresarlos.
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