Dentro del cosmos, eres mi estrella más hermosa, la de luz más bella, la única que me ilumina el alma. Si no existieses, como mi Super Estrella, el Universo estaría incompleto. Eres un Universo dentro del macrocosmos, y sólo por eso... ¡el universo es perfecto!
Somos agua, tierra, aire y fuego. Viniste a mi vida para que construyamos un oasis mágico. Con nuestra agua formaremos un manantial inagotable del amor perfecto; con nuestro aire, volaremos llevando nuestras querencias; y nuestros sueños brotarán sublimes luego de sembrarlos en nuestra tierra; con nuestro fuego purificaremos nuestros cuerpos. ¡Y juntos crearemos el quinto elemento!
Estás tatuada en mí como el crepúsculo a la tarde; como el sol a su luz; como la flor a su corola; como la plegaria a la oración; como el fuego a la llama.
Yo tenía un alma peregrina, hasta que llegaste a mi vida, y tu ternura logró transformarme. Ahora tu piel es mi sendero, tu alma es mi refugio, y tu vida es mi morada.
El mundo es fascinante y maravilloso, porque te amo y me amas; estoy sublimemente empapado en mi piel e incendiado en mi alma, porque me gustas; sé lo que es sentir amor total, porque tanto quiero; sé cual es el sentir máximo de un anhelo, porque hasta el infinito te deseo.
Cuando te siento cerca, cuando te percibo a mi lado, cuando me dices que me amas, me siento en libertad, como una gaviota que alegre surca el cielo. Cuando no estás junto a mí me siento como un águila prisionero.
Si me tocase morir en este momento no moriría con una espiración; moriría con una inspiración, para respirarte, en mi último acto de amor. Y aunque muriese ciego, vería el resplandor más hermoso, porque tú serías mi última visión.
Porque existe nuestro amor, tienen presencia, razón de existir y significado, las maravillas del Universo, las flores, los pájaros, el arcoiris, la luz y el color.
Mi amor por ti nunca se ha detenido. Hoy estoy amándote más que ayer, aunque menos de lo que te amaré mañana. Cuando yo quise pedirte un poquito de tu amor, para mantener la llama, me encontré con que me das la más grande fogata, como un volcán encendido, que cada día me acaricia, me incendia, me desordena y me arrebata.
Contigo aprendí que la lluvia canta; que el agua seca, la brisa empapa, el fuego moja, la tierra besa; que los pájaros entonan plegarias, que el silencio hace eco, que los corazones danzan, que los ojos refugian, ¡que la piel estalla! Cántame, sécame, empápame, mójame, bésame, refúgiame. Entonemos plegarias que se multipliquen en el silencio, y dancemos al compás del amor, hasta que nuestra piel estalle.
A pesar de cualquier obstáculo, por encima de todas las glorias y de todos los infortunios; más allá de cualquier pensamiento, palabra o acción, nuestro amor es tan grande que no habrá fuerza que pueda destruirlo, mientras nosotros no lo queramos. Somos dos titanes centinelas de un jardín común.
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