cual fugaces estrellas que desgarran
la oscuridad del cielo
tiemblan tus piernas
tu alma
ese cuerpo por mí inexplorado
ávido de caricias nuevas...
Dejame besar
la linfa de tu vientre
hundirme entre tus poros
ahitos de ansiedades
y mojarme profundamente
abrazado a ti...
Tiembla la caricia que recorre tu carne
cuando te abres cual flor nocturna
ante la calida
libación del ruiseñor amante
que se posa entre tus pétalos fogoza
donde rebosas de amor
y miel....
Te deseo y conseguiré tus labios en los mios
esa sensacion de pasión y paz inevitable
en el vaivén suave de nuestros cuerpos
siempre seré tu nocturnal amante...
Tu voz se quedó grabada en mi mente,
mi alma la reproduce día y noche,
la ebullición de mi placer siente descorche,
y mi ser sólo atina decir, "hasta a mí, vente"...
Probar tu zona seca y luego su humedad,
misma que me gané a pulso y verdad,
embestir con fuerza y sin salvajismo,
fusionar nuestros cuerpos y hacerlo uno mismo...
Ni la distancia detiene la pasión,
con la voz y la descripción locuras sanas se hacen,
más el encuentro de cuerpos y almas es la mejor opción,
para que nuestros arrebatos y picardías, al fin pasen...
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