¿A dónde vamos?
¿Qué me pondré?
¿Le gustará a ella este detallito que le llevo?
¿Cómo le explico que ese detallito es porque se siente bonito que alguien te diga que sí y es sólo un detalle material, que lo que valen son mis acciones?
¿Le gustará mi colonia?
¿Me dejo el candado o me lo quito?
¿Aceptará mi pre-calvicie?
¿Debo hablar bastante para tapar el hecho de que soy feo?, bueno, eso sería hablar sin parar el resto de la vida, pero, ¿en este instante sí?
¿Le molestará el que no tengo carro?
¿Le molestará el que no la pasé buscando en taxi, sino que la espero en el Centro Comercial?
¿Decirle mis defectos que reconozco, para luego ir con mis virtudes será el orden ideal para conversar?, ¿o sólo comienzo con los defectos y demuestro mis virtudes, sin hablar, actuando?
¿Debí preguntarle qué come por Whatsapp o no debí conjeturarlo por sus fotos en Facebook?
¿Flores o chocolates?
¿Cine, café, comida, helados, cerveza?
¿Besarle la mano, como es mi costumbre, le parecerá una estupidez?
¿Debí consultar su estilo de películas?
Bueno, falta poco para verla; las preguntas tardías, tarde quedaron. No tengo ganas de fingir al vestir, sino de demostrar mi facetas. El miedo se huele y no quiero que se aleje.
¡Lo que debo hacer es que el miedo se aleje!
Lo peor que puede suceder es que se aleje de mí; pero que sea por mostrarme como soy, sin falsedad y tampoco sin perder los valores cívicos. La primera cita es una primera impresión, un inicio o un fin.
Voy con la mejor disposición, el más grande interés, los sueños en alto, la realidad en lo acorde; estaré ante ella tal cual enfrento al mundo.
De ser así, puede que consiga una aliada para la vida y ella también conseguirá lo mismo.
Es mi pensar y sentir personal, no sé los demás, pero allá voy a una cita con...(acá termina el conato de historia, un retahíla de emociones, que aún no cuenta con una protagonista).
ARGENIS.-
¿Qué me pondré?
¿Le gustará a ella este detallito que le llevo?
¿Cómo le explico que ese detallito es porque se siente bonito que alguien te diga que sí y es sólo un detalle material, que lo que valen son mis acciones?
¿Le gustará mi colonia?
¿Me dejo el candado o me lo quito?
¿Aceptará mi pre-calvicie?
¿Debo hablar bastante para tapar el hecho de que soy feo?, bueno, eso sería hablar sin parar el resto de la vida, pero, ¿en este instante sí?
¿Le molestará el que no tengo carro?
¿Le molestará el que no la pasé buscando en taxi, sino que la espero en el Centro Comercial?
¿Decirle mis defectos que reconozco, para luego ir con mis virtudes será el orden ideal para conversar?, ¿o sólo comienzo con los defectos y demuestro mis virtudes, sin hablar, actuando?
¿Debí preguntarle qué come por Whatsapp o no debí conjeturarlo por sus fotos en Facebook?
¿Flores o chocolates?
¿Cine, café, comida, helados, cerveza?
¿Besarle la mano, como es mi costumbre, le parecerá una estupidez?
¿Debí consultar su estilo de películas?
Bueno, falta poco para verla; las preguntas tardías, tarde quedaron. No tengo ganas de fingir al vestir, sino de demostrar mi facetas. El miedo se huele y no quiero que se aleje.
¡Lo que debo hacer es que el miedo se aleje!
Lo peor que puede suceder es que se aleje de mí; pero que sea por mostrarme como soy, sin falsedad y tampoco sin perder los valores cívicos. La primera cita es una primera impresión, un inicio o un fin.
Voy con la mejor disposición, el más grande interés, los sueños en alto, la realidad en lo acorde; estaré ante ella tal cual enfrento al mundo.
De ser así, puede que consiga una aliada para la vida y ella también conseguirá lo mismo.
Es mi pensar y sentir personal, no sé los demás, pero allá voy a una cita con...(acá termina el conato de historia, un retahíla de emociones, que aún no cuenta con una protagonista).
ARGENIS.-
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