“Noche de Mar, estrellada y azul, un
murmullo un cantar, de las olas que van; el titilar, de una estrella al pasar,
va dejando un adiós, que no puedo olvidar. Lejanía, que se va con el mar, un
recuerdo, va dejando al pasar. Noche de Mar, dale un beso por mí, dile que
volveré, como va mi cantar”*.
¿Recuerdas que esa fue la canción que
te dediqué en tu ventana la noche que te declaré mi amor y que comenzó nuestro
noviazgo?, pues esa es la que deseo que suene el día de nuestro matrimonio,
nuestra canción de vida. Porque uno elige la música para bodas, pero es la música la que nos elige a nosotros y se hace nuestra
compañera en lo bueno y en lo malo.
Me emocioné mucho el día que me
dijiste que declaráramos esa melodía intitulada Noche de Mar
como "nuestra canción", en honor a esa memorable serenata.
Y sí, estoy consciente que es
más mi favorita y que la tuya es “What a Wonderful World” de Louis
Armstrong. Pero eso está pensado y preparado mi amor. Porque pensar en ti, es
hilvanar los detalles para que estés a gusto desarrollando, tus gustos.
Contraté a la que me parece la mejor
de todas las orquestas para bodas de todo el lugar, sí, la famosa Calle Habana, la
que vimos en el matrimonio de tu primo y la de la oficina y en el baile de fin
de año de la empresa. Porque ponernos a inventar con otras es como que
arriesgar no el dinero que pasa a un segundo plano, sino lo principal, que te
sientas feliz en este día que nos consolida ante Dios y la vida, en nuestro
matrimonio.
Luego de la misa, quiero verte entrar
al salón acompañada con el elegante ritmo del saxofón tocando tu canción mientras
te espero; con la iluminación correcta, invitados felices, el sonido debido y
querido. Eso te lo adelanto, porque las sorpresas no las puedo decir. Y sé que
tendrás muchas. Ya lo imagino, tu canción favorita al compás de tus pasos que
tienen mi ritmo favorito. Bueno, todo en ti es mi admiración.
Que nos canten lo que nos gusta,
desde la balada, la salsa, el merengue, nuestras canciones favoritas de todo
género. Todo con clase, no por dárnoslas de muy snob, sino porque tú y yo y
bueno, nuestros familiares y amigos somos todos personas que disfrutamos la
música hecha de corazón, con gusto. Y si es bien cantada e interpretada, vamos
a gozar.
Estoy confiado en que esa orquesta Calle Habana le va a dar el sabor musical a la
fiesta. Ya que la bebida y la comida le dan el otro sabor. Los juegos de
fiesta, con lo del ramo y el liguero, se harán como pediste, pero por allí te
tengo otras cositas que estoy cuadrando. Que sea una orquesta de calidad es
importante, porque es el sello musical que queda, sin música banal ni malos
cover o remakes.
Busco lo más digno porque -modestamente-,
tengo muy buen gusto. Y eso lo demuestro fácilmente: me gustas tú.
¿Por qué te cuento todo esto así y
aquí?, quería dar por sentado, plasmando en ésta bitácora, cada instante que
nos entrelaza. No lo llamo pequeño porque contigo todo es grande, emotivo, de
aprendizaje, de valor y gracia.
Vamos
a bailar en nuestra boda; y en la vida vamos a ir al mismo ritmo, con la música
de nuestro amor, con las canciones de nuestras palabras, con las composiciones
que serán nuestros hijos.
Clase, buen gusto, sonoridad, estilo
y algarabía. Eso es la música, eso será nuestra boda, eso será nuestra vida. No
es una adivinanza, es una promesa que será una nota cumplirlo, procurando que
nuestra vida sea mucha armonía.
Ojalá
que todas las parejas sigan nuestros pasos de baile, con la mejor orquesta en
su boda. De seguro su felicidad será bendecida con los acordes ideales.
*"Noche de Mar", beguine de José Reyna (Venezuela), mi canción con fondo de orquesta, favorita.
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