YA NO TE AMO NI TE DESEO, GRACIAS
En un día cualquiera, dos personas se reencontraron. He
aquí la conversación, imagine usted quién es quién y la situación
¡Hola amigo! (refiriéndose a mí, en vez de decir mi
nombre que bien sabe, coloca la barrera del saludo “amigo”, para hacer énfasis, como hacen muchas mujeres, sabiendo o sin saber),
¿cómo te va?
Bien gracias ZZZ (evitaré el nombre), ¿cómo estás tú,
tus hijas, el trabajo, tu señora madre y hermanos a quienes hace mucho no veo?
¡Todos bien!, ¿y tú, amigo?
Bien ZZZ, en lo que cabe y en las condiciones que
estamos. ¿Qué haces?, ¿compras, diligencias o simplemente ver vidrieras?
¡Comprando algo para la niña, mi nieta!, ¿sabías que
tengo una nieta preciosa como la abuela?, hija de mi hija menor que me echó esa
vaina, pero la amo.
Lo sé, recuerda que te tengo agregada en WhatsApp,
siempre te escribo´.
¡Ay cierto, es que ando en…¿y tú qué vas a hacer?
¡Voy a almorzar acá en el Mercado!, ¿gustas?
¡Por supuesto, me debías esa invitación!
¡Qué bueno y bonito que la recordaras, que esta
casualidad nos sea propicia para concretar ello!
¡Sí vale, yo no podía venir a Maracay, sabes que vivo
en Cagua, ¿sabías?!
¡Sí, en anteriores conversaciones te he elogiado por tu
éxito!
¡Ay, tú te acuerdas muchas cosas de mí, es como sí me
quisieras!
¡ZZZ, desde niño jamás he ocultado mi amor por ti,
realmente tú eres mi primer amor!
(silencio incómodo de la conversación mientras nos ocupamos
de pedir la comida!
Luego,
retomando ella la conversación
¡Ay, sí, sabía que me querías, recuerdo que una vez
casi te beso, pero preferí esperar a alguien más y ese alguien me embarazó y se
fue, luego vino el otro papá de la otra niña, luego el otro, luego el que acabo de dejar porque me
manipulaba, no me pegaba, pero me hería la inteligencia!…¡tú no eres así?
¡Que yo sepa, no!, ¡y de serlo, espero me sea dicho y
me cure, la maldad no es mi gusto!
¡Sí, sé que eres bueno, no sé por qué estás solo, sí
eres chévere!
¡Es el físico, mi adorada, es el físico!
¡Ay no digas eso, mira que yo me acuerdo que yo te dije
que sí me lo proponías, podíamos salir a comer y luego podíamos ir a tirar,
como hoy!
¡Ya va!, ¿me quieres decir que luego de comer, podemos
irnos a…?
¡Eso mismo!, ¡bueno, aunque rapidito mira que vivo en
Cagua y agarrar transporte es difícil!
¡Tranquila vale, vas a llegar temprano, porque al
terminar de comer podemos hablar unos minutos más, -mira que acá lo paran a uno
rápido-, y luego seguir nuestros caminos!
¿Ah es que estás apurado o no tienes dinero para el
hotel?
¡Tengo tiempo y dinero, lo que no tengo es deseo ni
amor ya por ti!
¡Ay vale, ¿qué es eso?, ¿por qué me hablas así?!
¡No te ofendas, la verdad es cruda pero es sana!, porque
durante años crecí con la ilusión de ti ZZZ, jugué al Munchaüsen cada noche,
hasta mis mejores dedicatorias al masturbarme eran por ti.
¡Te pasas!
¡Espera, hay más!
¡Dediqué tantos suspiros, escritos, corazones, cosas de
muchacho y de niño enamorado en cada día de mi edad!, pero al fin hace u tiempo
descubrí que el primer amor no es de quien te es recíproco, sino de quien
aprendes lo bueno y lo malo del amor. Y eso aprendí contigo y mi agradecimiento
es tan grande que no podría mancillarlo ahora acostándome contigo nada más por
darle gusto al cuerpo.
Porque aunque el futuro no nos una, allí debe haber
consenso. Y el consenso no es que cada quien está de acuerdo en tirar y callar.
Sino que cada beso, gemido, embate, abrazo, mirada, grito, esfuerzo y caricias
haya contenido, algo que quede.
Yo no te voy a ofender pasando el rato porque necesitas
darle vuelo al gusto ya que estás sola y tienes necesidades. Y tampoco me voy a
dejar ofender por algo que en realidad es un golpe de suerte que se me da sólo
porque me conoces y bueno, ya que no hay de otro.
Siento que soy muy bueno en el sexo, en las relaciones
sexuales pero no en el amor. Más el estar con una mujer es para mí cuestión de
sensatez y sensibilidad, conexión, empatía. Así sea una vez o por siempre, que
quede, que sirva, que se sienta.
Y eso ya no pasa contigo, ya no te amo ni te deseo,
pero de corazón que te respeto y admiro porque has salido adelante.
No vi tu cuerpo desnudo (como tanto soñé), pero acabas
de ver mi alma, mente y corazón desnudos, como jamás imaginaste.
Seamos amigos, porque perderte es perder mi historia y
me agradas. Sí hay molestias en ti, me disculpo, pero mno me retracto ya que no mentí ni avasallé con mi sentir y explicación.
Ella
sonrió, me dijo que había entendido, presentó disculpas (pidió, perdón, pero
eso se lo corregí, eso se le pide sólo a Dios). Nos alejamos con un beso, un
abrazo y mis bromas infaltables. Ni mi virilidad se quejó, me sentí feliz
porque borré un peso del pasado y aclaré nuestro porvenir.
Dos
personas de la misma edad, del mismo país, de diferentes ver. Que el amor no
unió, pero el conocimiento sí.
Fin
(basado en hechos reales)
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