Demasiadas horas de
soledad. Así las cuento en vez de decirles meses y años con sus semanas
agregadas. Porque cuando no hay un amor, aunque uno se diga “estoy tranquilo,
ya llegará, me ocupo de otras cosas, eso no me ata ni me mata, etc.”, siempre
quedan unos segundos que en sumatoria son una cantidad de tiempo inmensa,
considerable y hasta ominosa.
Al grado de uno mismo
reconocer que se está mintiendo al negar que le hagan falta momentos de
libertad en compañía.
¿Qué es estar libre en
compañía?, en base y principio estar con el amor, con la amistad, con el
complemento, con la persona que os gusta a un lado, sea bajo los términos que
sea su relación, ya que en compartir no debe haber ya cánones rígidos, pero que
esto último jamás socave el respeto mutuo, la decencia, la seguridad, la salud
y la verdad en ambos.
Resuelto ello, sin
complejos mentales ni confusiones de actitud, comienza en realidad la libertad.
Ello te lleva a lugares insospechados pero a su vez llenos de emoción, picardía
y confianza, es la definición justa de realizar un viaje romántico con tu pareja a través de los caminos de la confianza,
el cariño, la necesidad y derecho a no estar en soledad y por sobre todo, el
camino de la libertad. Estando en lugares paradisíacos, históricos, creados. Donde
sean el romance y la libertad se fusionarán para crear un éxtasis que siempre
buscarán renovar las personas que saben que la libertad se hace día a día y que
en éste caso, las mismas hacen al amor.
Ser libre de opinar, libre
de decidir, libre de aportar. Sí, porque el aportar es una libertad ya que al
hacerlo te liberas de la mezquindad, de la vagancia, del conformismo, del
oportunismo. Estás rompiendo las cadenas de dejarse abandonar y lanzarle todos
los fardos a tu contraparte, so creencia de que estás cómodo y que
supuestamente nada les ata. Eso sí es un error que te evita ser libre de probar
las mieles del compartir, ser útil, ser bastión de la confianza.
Entender que ser libre no
te excluye de las responsabilidades, te hace más libre de todo mal. Te acerca
al corazón de la contraparte con llamados propios del tuyo, no en los latidos,
sino en las acciones que cumples para bien y que se correspondan con lo que
dices, sea con palabras o con la mirada.
Ese viaje te llevará a
visitar países, ciudades, bellezas naturales en compañía de una persona que va
contigo y está contigo sin el peso de una obligación o por mero compromiso. Estarás
con alguien que está en sintonía y que hasta en las diferencias es libre de romperá
tabúes o cánones y encontrar ese cruce de líneas donde todos se ve favorecidos
y así se liberan de presiones que devienen de la duda y la falta de análisis a
lo que son, a lo que sucede, al provenir que se está construyendo a cada
instante.
Ser libre es sentarse en
una banca de una plaza con un refresco y un pan y compartirlo con una persona a
la que le hablas viéndole a los ojos sin fingirle, con la sonrisa adecuada a lo
que se dice y siente, libres del qué dirán o de qué ven los por allí
marchantes.
Una conciencia libre le
quita las cadenas al corazón y aviva la pasión en llamas y a su vez la serna
calma. Es un punto de balance que al sentirlo en el alma y verla en la que está
en frente, te hace decir.
¡SOY LIBRE, PORQUE TÚ Y YO
LO SOMOS!
Lcdo. Argenis Serrano - @Romantistech
No hay comentarios:
Publicar un comentario