domingo

Aprender a Pensar...te

Tomé aire, hice acto de contricción. Medité y me dije lo que debía, no era precisamente lo que quería.

Y fue allí cuando te vi en mi mente, diferente. Sin el dominio de la carne, sino con el dominio del alma.

Entendí que tu silueta es la firmeza del cuidado y el legado del hermoso vientre materno que te cobijó.

Que esa sonrisa no puede ser sólo mía; es un legado para la humanidad. Mezquino y arrogante creer que es sólo por y para mí.

Que esa mano es de una amiga sincera, que me alimenta y jamás debo morder. Me da el alimento de la simpatía y la buena voluntad.

Pensando en positivo me siento congraciado con el mundo. Y tú has sido de lo más positivo en mi vida.

Mucho o poco tiempo humano, no es necesario medirlo. Porque esos instantes valen eones cando sé que mi honor has reivindicado y mi fe la has aumentado.

Nunca pensé en tus labios cercanos a los míos; nunca pensé en tu cuerpo junto al mío. Nunca pensé en tu corazón unido al mío.

¡Y no imaginas cuánta falta me haces, cuánto me complementas, cuánto te extraño!

Habrá miles de frases para hacerte pensar y é que tú las reflexionarás y las convertirás, así sean las más banales, como el árbol que toma dióxido de carbono y crea oxígeno revitalizante.

No faltará tu amabilidad, tu lucha contra la estulticia, tu serenidad ante los desmanes de quienes creen que el mundo se toma asfixiando al respeto ajeno.

Eso me inspira y a su vez me atrae como el hierro al imán; es como querer dejarme subyugar por quien no busca dominarme. Es quererme fusionar con el cielo y la tierra.

No sé cómo es que te veo; porque como mujer te respeto, valoro y quiero. Pero es que eres más de lo normal y menos de lo frugal del mundo.

Sí existiera una pieza faltante en mí para reconstruir mi vida, diría que eres tú. Pero no me faltas, porque te metiste con el primer hola, el primer parpadeo, con la demostración de tu ser humana.

Sí pudiera, te tomaría por la cintura y te haría girar cuán niña a su mejor amiga muñeca; y te diría al oído tantas veces ¡gracias!, que te sonrojarías.

Sólo ante Dios me arrodillo. Pero hacerte una reverencia, como ángel del cielo a mi vida, sé que él me la aceptaría; porque honor con honor se paga.

Busco pensar rápido, pensar despacio y frenar los pensamientos. Porque no eres una obsesión sino una  mujer que cae, que llorar, que se equivoca, que a alguien hará molestar, que a veces no encaja, que se desboca. 

Y eso es bueno, porque me ubica en que no estoy adorando a una santa, estoy halagando a una mujer. 

De tal manera mis pensamientos, entre cada respiración, mantra y el enumerar de pros y contras, se calman y llegan a lo más humano (lo subjetivo), repitiendo lo que ya sabía pero que aún me cuesta definir.

Que no eres la mujer de mi vida, eres el eslabón que me faltaba. Y quiero imaginar, por osadía, que soy también lo mismo para ti.

Y en esta cadena de sucesos que llamamos vida, aunque no nos veamos y poco sepamos uno del otro, estemos siempre seguros que esa compañía no nos va a faltar.

Sólo te pido que no me hagas pensar en el adiós, ni que la distancia física nos separe. Porque muchos años pasaron antes de encontrarnos, enorme pérdida será ídem...el perdernos.

¿Y sí te defino como el vigor de mis pensamientos, qué dirías?

Argenis Serrano - @Romantistech


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