Ese
que va de la mano, a paso lento, buscando en el viento, los sonidos, los
elementos naturales y artificiales, el tránsito seguro.Ese que no teme a salir,
que no se encasilla, que no se siente para nada diferente, que tiene derechos y
deberes. (1)
Ese
amor que va hablando de cosas pasadas y que su presente es para algunos
anquilosado y lleno de arrugas, cuando es más bien de experiencias, de haber
aprendido uno del otros, de bravatas y contenturas, de enfermedad y salud, de rutinas
y de novedades. (2)
Ese
amor que va llevando a quien antes le llevaba y ahora con paciencia le guía, le
arregla, le quiere, le cuida, le dice por donde ir, le abraza y que no le
abandona. (3)
Esos
amores son, 1) el de dos personas invidentes que van con sus bastones cruzando
calles, haciendo diligencias, tomados de la manos, tan seguros como nunca
podríamos estar los que vemos. Están asidos y afianzados por el amor.
El
2) es el amor de unos ancianos que siguen con ese amor tan joven y a su vez tan
maduro, porque han hecho que sus años no pasaran en vano.
Y
el 3) es el amor de un hijo que lleva a su madre enferma a todas partes o de
una hija que lleva a su padre al que le cuesta moverse, hablándole, bromeando,
queriéndole, aunque él quizá no lo sepa ya en ese instante.
Qué bonito es el amor que no repara en nada para materializarse.
Argenis Serrano - @Romantistech
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