¿Qué te hice de malo para éste silencio?, no suena en mi mente maldad alguna, más presento disculpas si las proferí sin querer.
Y sí no fue así, sino que ya te aburriste de mí, algo no te agrada, llegó alguien que tomó toda tu atención, tanto que echaste a un lado a un amigo.
Al menos por lo compartido en pro del bien, dímelo. Es desagradable y de mala educación sacar conjeturas, dudar, dibujar escenarios que más que poder, están equivocados.
Y sí no es paranoia mía, sino que no puedes estar respondiendo a cada rato, también es justo decírmelo. El cariño requiere dosis de realidad y disciplina para ser más robusto en quienes sí lo desean y terminar de desmoronarse cuando en realidad no fue una gran amistad.
Tanto que vivimos y nos dijimos y de la noche a la mañana, en este silencio decaímos.
Y sé que recibes mis SMS, el sistema me lo notifica. Sé que te llegan mis WhatsApp aunque ya hayas quitado los check azul, sé que sigues con ese mismo número, que abres Facebook e Instagram porque en messenger te veo y te veo tuitear y retuitear.
Ya va, ya va, esto no es acoso, ni reproche, ni obsesión. Es una necesidad como lo es el conocimiento, ¿qué pasó?, ¿fue por algo bueno o mejor o por algo malo?, ¿o es que el cariño y el feeling caducaron?
Muchas veces hablamos o nos escribimos del valor de los mensajes; del compromiso de la amistad; de la lealtad por encima de todo. Yo confío que en ti no sea palabra vana y que al menos en nombre del honor, me digas hasta luego, me digas, cuándo nos contaremos nuevas cosas, me digas que sólo llamadas de emergencia, me digas que todo se derrumbó.
Creo en tu honor, revivo los momentos, sé de tu rectitud, en tu interés por instruirte, culturizarte, saber más en pro de los tuyos y de ti. Porque yo jamás contacto a nadie que cohabite con la maldad.
Y sí estás ocupada, cansada, alejada, presento mis disculpas. Pero es que te lo he preguntado y no me lo haces saber, y sólo me queda orar por tu bienestar, que es el mío.
Porque a quienes quiero, les deseo lo mejor. A quienes dejo de querer, nada malo les deseo, porque esa forma de vivir, no es vida.
Presento mis disculpas por este llanto indigno de un caballero, pero obligado para quien se preocupa por una amistad y le añora, le quiere, le bendice, le sueña, le espera, le ampara.
No, no me volví un loco, acosador, buscador de amor rechazado o tóxico, ¿por qué todo hay que tomarlo por el lado malo?
Mi cariño, no caduca. Acá estaré virtual y real. Decirme tu sentir es ayudarme a aumentarme y corregirme.
Porque el honor de conocerte y que seas parte de la construcción de mi historia personal, es invaluable y jamás lo dejaré de agradecer.
Gracias por ser, mi amiga.
Argenis Serrano - @Romantistech
Y sí no fue así, sino que ya te aburriste de mí, algo no te agrada, llegó alguien que tomó toda tu atención, tanto que echaste a un lado a un amigo.
Al menos por lo compartido en pro del bien, dímelo. Es desagradable y de mala educación sacar conjeturas, dudar, dibujar escenarios que más que poder, están equivocados.
Y sí no es paranoia mía, sino que no puedes estar respondiendo a cada rato, también es justo decírmelo. El cariño requiere dosis de realidad y disciplina para ser más robusto en quienes sí lo desean y terminar de desmoronarse cuando en realidad no fue una gran amistad.
Tanto que vivimos y nos dijimos y de la noche a la mañana, en este silencio decaímos.
Y sé que recibes mis SMS, el sistema me lo notifica. Sé que te llegan mis WhatsApp aunque ya hayas quitado los check azul, sé que sigues con ese mismo número, que abres Facebook e Instagram porque en messenger te veo y te veo tuitear y retuitear.
Ya va, ya va, esto no es acoso, ni reproche, ni obsesión. Es una necesidad como lo es el conocimiento, ¿qué pasó?, ¿fue por algo bueno o mejor o por algo malo?, ¿o es que el cariño y el feeling caducaron?
Muchas veces hablamos o nos escribimos del valor de los mensajes; del compromiso de la amistad; de la lealtad por encima de todo. Yo confío que en ti no sea palabra vana y que al menos en nombre del honor, me digas hasta luego, me digas, cuándo nos contaremos nuevas cosas, me digas que sólo llamadas de emergencia, me digas que todo se derrumbó.
Creo en tu honor, revivo los momentos, sé de tu rectitud, en tu interés por instruirte, culturizarte, saber más en pro de los tuyos y de ti. Porque yo jamás contacto a nadie que cohabite con la maldad.
Y sí estás ocupada, cansada, alejada, presento mis disculpas. Pero es que te lo he preguntado y no me lo haces saber, y sólo me queda orar por tu bienestar, que es el mío.
Porque a quienes quiero, les deseo lo mejor. A quienes dejo de querer, nada malo les deseo, porque esa forma de vivir, no es vida.
Presento mis disculpas por este llanto indigno de un caballero, pero obligado para quien se preocupa por una amistad y le añora, le quiere, le bendice, le sueña, le espera, le ampara.
No, no me volví un loco, acosador, buscador de amor rechazado o tóxico, ¿por qué todo hay que tomarlo por el lado malo?
Mi cariño, no caduca. Acá estaré virtual y real. Decirme tu sentir es ayudarme a aumentarme y corregirme.
Porque el honor de conocerte y que seas parte de la construcción de mi historia personal, es invaluable y jamás lo dejaré de agradecer.
Gracias por ser, mi amiga.
Argenis Serrano - @Romantistech
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