Ya
lo he dicho antes, la magia existe. Pero esos trucos sanos que maravillan
requieren espectadores o el mago queda como el cantante al que no escuchan, al
cómico que no echa el chiste, el payaso que no tiene niños, el líder que pierde
el camino, la mujer que teme al éxito que sabe merecer.
La
magia existe sí se ve, sí se quiere, sí se cree, sí se confía, sí te maravillas.
Así también es la magia de la amistad, del amor, de la compañía, de ser colegas
y confidentes. Cuando se dejan de ver, de hablar, de entender, de sorprender,
es el momento del adiós a la magia.
Se
devela el truco de esta forma, la magia del cariño sólo puede seguir siendo
espectacular sí hay quienes se lo profieren en reciprocidad, cuando se
requiere, cuando alguien cae, cuando se requiere sólo estar juntos contemplando
la magia de la existencia.
Magia
que me has abandonado, ¿cómo devuelvo a mi vida tu chispa?
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