Me gustan tus ojitos, el poblado pequeñito lleno
de callecitas empedradas en tus cejas, la curva perfectamente imperfecta de tu
nariz y tu sonrisa mágica de otro sistema solar, de otra galaxia y de otro
universo, que son verso en mi existir.
Me gusta el largo de tus pestañas, el número de
besos que le caben a tu frente, lo rico que aprietan tus manos cuando se juntan
con las mías, las canciones en tu risa y esos bailes que improvisas cuando
estás contenta.
Me gusta la geometría de tus lunares, la posición
de las cicatrices en tus rodillas, tus terribles historias graciosas que nos
matan a carcajadas, que sueñas despierta, que tienes lo mismo de sofisticada y
loca, que de sencilla y preciosa.
Me gusta que, a pesar de no ser el libro que creí
iba a leer, espero con paciencia el próximo capítulo y con más desespero el
próximo tomo, con ese aroma a libro nuevo y a cosas que no sé y que me van a
maravillar.
Me gusta que valorices lo valioso, que el tiempo
es oro, plata, aluminio, respeto y responsabilidad. Y que sabe que lo que tiene
que ser, será y lo que no, no.
Me gusta que no dices adiós sino un hasta luego
sin palabras, con gestos que parecen un
abracadabra y aparece una rica nostalgia que luego se hace un humor
mágico y confeti, porque ¡voilà!, volviste a aparecer para mi beneplácito.
Me gustaría saber cómo es que estéticamente estás tan bien proporcionada, no en tus dotes y prohibiciones, sino en una
figura que es la suma de las atenciones, la resta de los conflictos, la
multiplicación de los gozos y la división equitativa de los parabienes.
Me gusta que te detengas ante la naturaleza como
un hada brillante que la va renovando y haciéndola valer mientras miles de
cocuyos van guiando a la noche y una parvada de aves apunta en el día la vía al
desorientado.
Me gusta pensar que existes para todos por igual;
como el aire, agua, fuego, tierra y bosque que nos revitalizan; como la ciencia
que nos maravilla y como el cielo que nos cobija.
Me gusta que seas una silueta perfecta del cielo, con tus imperfecciones y talentos que te hacen tan humana y tan de cuento y que mi paso por la vida haya tenido entre
sus niveles, uno especial contigo.
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