Al pasar me saluda y tras el
viento
que da al aliento de su voz
temprana
en la cuadrada luz de una
ventana
se empaña, no el cristal, sino
el aliento.
Es tempranera como una campana.
cabe en lo inverosímil, como un
cuento
y cuando corta el hilo del
momento
vierte su sangre blanca la
mañana.
Si se viste de azul y va a la
escuela,
no se distingue si camina o
vuela
porque es como la brisa, tan
liviana
que en la mañana azul no se
precisa
cuál de las tres que pasan es
la brisa,
cuál es la niña y cuál es la
mañana.
Reflexión
de Romantistech: Gabriel García Márquez nos enseña que
en todo hay poesía y los momentos pequeños son igual de gloriosos y dignos de
enaltecer en su belleza rutinaria, porque serán la unión y suma de grandes
cosas a futuro.
La poesía es ver lo noble e indispensable de la vida.
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