domingo

EL HOMBRE EQUIVOCADO

 


Si te atrae una mujer por la talla de su pecho, por su cintura o por sus caderas, has de saber que eres un hombre equivocado.

 

Si lo que más valoras en ellas son los rasgos de su cara, el color de sus ojos, la longitud de sus piernas o cómo se le ve con falda, escote o minifalda, sigues siendo un hombre equivocado.

 

De alterarte la forma de sus dedos de los pies, que exhibe en sandalias y pintados, forma que ella no hizo, pero tiene y luce sin temor así como todo su ser, hombre equivocado como tú no hay dos.

 

Entiéndelo, hombre equivocado: Una mujer es su actitud, su forma de ser, la forma en que te trata y te mira, su risa y sus silencios.

Una mujer es su inteligencia, su rebeldía, su entrega, su generosidad, su capacidad de hacer varias cosas simultáneamente e incluso, sus manías.

 

Lo mejor de una mujer no es su envoltorio, es lo que hay dentro:

Su humor, sus ocurrencias, su valentía, su forma de pensar, de actuar, de sobreponerse, de crear y con sus manos, moldear...

 

Un hombre de verdad, uno que no sea el hombre equivocado que quizá seas tú, es un hombre inteligente, ese que se enamora de lo que otros ni se imaginan.

 

Ese hombre que es capaz de poder ver, lo que más de un hombre equivocado niega por celos o miedo de que en otra persona, especialmente en una mujer, exista el bien y la excelencia.

 

Quien hace tripas corazón y explota al máximo su humildad y realidad, deja de ser un hombre equivocado y eso mis amigos, tendrá el mejor de los premios: La FELICIDAD CON, POR, PARA, DE ELLA…

hombre equivocado

 

Hombre equivocado, debes saber que LA PIERDES...

 

Por ser tan idiota para provocarle lágrimas a quien te ha provocado la mejor sonrisa.

 

Y te preguntas cínicamente, ¿Por qué la estoy perdiendo? O ¿Por qué la perdí? O ¿Por qué nunca podré alcanzar su amor?

 

La pierdes, hombre equivocado, cuando ella te regala el alba en su mirada y tú le haces grises sus días.

 

La pierdes, cuando ella se convierte en arcoíris tan solo por pintar tu mundo y tú a cambio le das indiferencia.

 

La pierdes, cuando ella aún te llena de detalles y tú a cambio le mientes.

 

La pierdes, cuando ella espera una llamada o un mensaje tuyo, y tú como el hombre equivocado  que eres, le escribes a alguien más.

 

La pierdes, cuando ella te busca para que la abraces y tú la usas físicamente.

 

La pierdes, cuando ella aún te ve con admiración y tú la ves como la que prohíbe tu libertad.

 

La pierdes... porque simplemente tú, por andar como hombre equivocado por la vida, no mereces a alguien como ella.

 

Argenis Serrano

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