sábado

El Mundo a tus Pies

Sí me besas una vez, pongo el mundo a tus pies. Si llegaras a no besarme, aunque sea la luna he de darte.

No, no puedo quitar ni una cosa ni la otra, pero sí expresar con ello que todo lo que parece grande, difícil, imposible, quizá hasta iluso, bien le pondré ganas para que recibas lo mejor, lo que deseas y mereces.

Me haría una guía de compras para adecuar ese montón de cosas que el dinero no puede comprar, pero que son verdaderamente valiosas para alimentar el amor que siento por ti y del cual anhelo reciprocidad, si así yo la mereciera.

En esa guía colocaría las cosas más valiosas de la existencia, con las que el mundo a tus pies pondría estarías…

el mundo a tus pies
El destello en los ojos de un anciano cuando juega con sus nietos que le aumentan su vitalidad y la plusvalía de su existencia.

El rocío de la mañana, que explica claramente la calma que se ha de tener en la oscuridad, porque la claridad regresará y formará con esas gotas un prisma que coloreará tu vida.

El sonido decidido de los pasos de una persona segura de sí misma, esa que aunque se canse y se detenga a descansar, seguirá viendo el lugar a donde quiere llegar y contra todo pronóstico, victorioso lo logrará…visualizando de inmediato su próxima travesía y meta.

Los sonidos, aromas y las actitudes de la Navidad en cualquier mes del año. Porque una manera noble de poner el mundo a tus pies, es repitiendo incesantemente cada momento hermoso, noble, que nos compromete y restituye.

El carisma del ave que sale pronto al mundo, remontando y surcando todo aquello que desde el nido jamás vería.

Los distintos gratos perfumes que a la naturaleza enjugan; los murmullos de los ríos; el ejemplo de cada cascada, que no es una caída, sino un imparable camino a su destino de dar vida.

Porque para poner el mundo a tus pies debo extraer todo lo mejor, eso que vemos pero no observamos, que tenemos y no valoramos, que no se compra pero vaya que nos cuesta mantener.

Porque un mundo sano, es un lugar donde los abrazos, los besos, las caricias, sonrisas, bailes y canciones son la frecuente perpetua.

Poner el mundo a tus pies es hallar en la naturaleza, la cura a los pesares que el ciclo de la vida, apresurado o no, tiende a espetarnos sin aviso y sin protesto.

Esta guía de compras no es más que un esbozo para todo aquello que mereces y quiero ofrecer para poner el mundo a tus pes.

Y es poco comparado con lo que tu existencia me ha dado: un mundo de sueños, de inspiración y de motivos.

Me parece ilógico creer que el poner el mundo a tus pies sea suficiente para pagarte todo lo bonito que has hecho por mí.

¿Aceptarías seguir siendo mi mundo y yo el asteroide que te rodee?

Y si la respuesta fuera no, te aseguro que el mundo a tus pies alguien más de seguro buscará ofrecerte, aunque en realidad, tú sola ya te has puesto el mundo a tus pies, uno grande, hermoso y poblado de esperanza, como nunca y ni siquiera Júpiter jamás será.

Argenis Serrano

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