Hola, somos nosotros, tus sueños
Hola otra vez. Desde hace mucho
que no hablamos así directo. Claro, es que ambos crecimos y así como tú pasaste
de niña a adolescente y mujer, nosotros pasamos de sueños a proyectos y
realidades. Pero seguimos siendo sueños, así como tú sigues siendo nuestra
niña.
¡Y mira que ser niña y mujer no
es fácil en este mundo de tantos grandes con corazones y mentes pequeñas!, a
través de tus sentidos nos hemos enterado de todo. Y por eso hoy salimos a
hablarte en perfecta convivencia, para recordarte cuánto te queremos así como
tú nos quieres.
Mirar al mundo en multicolor es
verte a ti misma. Por eso te gustan los animalitos, ellos no ven ni entienden
el color y tú y personas como tú les hacen colorido al mundo. No es cómo vistes
sino cómo lo haces, por eso eres un cromatismo ideal. Y de colores se visten
los sueños (nosotros), hasta que se consolidan los proyectos que se tiñen de
esperanza.
Nosotros, los sueños, debemos protegernos entre nosotros. Y tú eres un sueño de Dios, a ese que le rezas, le pides, le das tu disciplina, esfuerzo al ganar el pan con el sudor de tu frente.
Cumples el sueño de muchos: hacer para ser, ser para hacer.
Es entonces tu vida, una oración respondida con bendiciones.
Sabemos que te imaginas cítrica y
por eso te disculpas antes de que crean que quieres ofender. Y hasta dulce
resulta eso porque estás resguardando a la verdad apenas sale. Muchos no la
guardan, sólo la sacan y que arrase cuán tromba inmisericorde. Dices lo que
sientes, sientes lo que dices y al fallar, presentas disculpas y sigues. Eso es
dulce.
¿Sabías que cuando imaginas,
sueñas?, es que en la mente así como en la ficción, se dibujan utopías que ni
físicamente se pueden realizar. Pero de allí vas desglosando, picando, armando
y así construyes cada paso que quieres dar, formándote de manera formal y a su
vez empírica. Y ser empírico es soñar, ser visionaria y hacer en perfecta
sincronía.
Sí, amiga, nos estamos
defendiendo, pero ¿qué le vamos a hacer?, así somos los sueños, allí nos
defendemos de los demonios y los derrotamos; construimos rascacielos que por
fuera trepamos; vemos lo que en la vida real no está y que a veces no
imaginamos. Los sueños construimos, así como tú te construyes, mejorado,
dedicándole más, haciendo oídos sordos a las tonterías y la gente pesadilla.
De éste sueño que llamamos vida
no escapamos, amiga mía. ¿Acaso no sueñas despierta cuando oyes música, lees un
libro, estás en familia?, le dices imaginar, pero, ¡psshhh!, te tenemos un
secreto: ¡somos nosotros!
Hay utopías que se pueden de a ratos.
Las sonrisas, expresiones, acciones y hasta sorpresas de quienes nos rodean,
esas que levantan tu propia sonrisa, esa que te dicen que aún se puede confiar;
las que son una pieza hermosa de cerámica que está intacta, que nadie rompió.
Porque esos que las rompen y las pegan a veces dejan grietas y nada es igual,
pero con ellos. Nosotros, los sueños, seguimos siendo las semillas de las
futuras realizaciones, esas que sólo gente que busca cosechar de su trabajo,
logra. Esa eres tú.
Sí nos vas a seguir diciendo
imaginación o proyectos, chéveres, nosotros sabemos quiénes somos, así como tú
sabes de ti: somos la simbiosis ideal de ti, bella dama, para lograr mucho en
esta vida y que el mal y la sandez, se queden en el foso de donde no debieron
salir.
Chao amiga de mí alma, vamos de nuevo a nuestra tierra de sueños, donde nacen las preguntas y se hacen arcoíris de esperanza las respuestas: tú.
Argenis Serrano
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