martes

Ultra Instinto (Imperturbable)


Hasta ese nivel he llegado, al de dejar de usar la cabeza para prever y coordinar cada uno de mis movimientos; de dejar que sea el corazón y su emotividad el que den el primer paso que es siempre hacia el vacío. He permitido mejor a mi cuerpo usar su propio juicio porque sólo él se ha mostrado estoico y mesurado cuando me he enamorado solo. Ese es el ultra instinto, tan fuerte como el acero, maleable como el cáñamo y perceptivo como la naturaleza toda.

 

Mantenerse imperturbable ante el dolor, ante la presencia de la mujer que me arrebataba el descanso al dormir y la coordinación al estar despierto, sabiendo yo que nada somos ni nada seríamos.

 

Así, mi sistema nervioso es el que decide a dónde ir, qué sentir, cómo actuar ante la indiferencia, ante la soledad; por igual ante las burlas y las cuitas de esto que llamamos sociedad.

 

Pero esto es realmente difícil, porque se corre el riesgo de perder las ganas de sonreír cuando por el contrario, es a ello que quieres volver, sea por otra persona como a la par, por mi mismo, por quien he logrado ser, logrando de esa forma esparcir con semillas nutrientes a mi campo interior, aquel donde voy mentalmente a meditar de manera imperturbable, para luego exteriorizar tal trascendencia ya lograda en lo recóndito de mi ser.

 

El ultra instinto puede hacerme imperturbable ante el stress diario; pero alejarme de la empatía por lo que sucede en derredor.

ultra instinto
 

Me ayuda a evadir al peligro, pensando seccionada pero interconectadamente en alma, corazón y cuerpo, una perfecta armonía que sabe defenderse y atacar; más corro el riesgo  de encontrarme en un férreo combate con quien solamente se quiere acercar a mí en son de paz y brindarme ya sea su mano amiga, un dulce de fresa, su apoyo moral.

 

¿A qué me puede llevar esta doctrina egoísta?, seguramente a mantenerme imperturbable, seguir mi camino y jamás odiar ni renegar de lo otrora sentido. Que tales sentimientos negativos sean contenidos y rechazados por un soporte que evada todo ataque externo y que jamás dé cobijo a malicia alguna en mi interior.

 

Pero el ultra instinto es también un bumerang que de no saber cómo controlarlo, se olvida uno de todo y del amor. Ese amor por lo que se tiene, por las raíces, por lo que se quiere, por la tierra de uno.

 

No sé si mantenerme imperturbable sea posible y sea lo ideal, pero de seguro es mejor que mantenerse melancólico, receloso y lleno de preguntas que no son propicias uno mismo contestar, por aquello de la anarquía propia del ser humano.

 

Quiero manejar el ultra instinto para así mantenerme imperturbable y no me duela más la ausencia de quien no llegó y la no presencia de quien no aparece.

 

Deseo usar el ultra instinto para ver con todo mi ser las oportunidades que dejé pasar por esperar quien me acompañara, cuando bastantes cosas buenas pude obtener transitando en soledad.

 

Necesito estar preparado para los embates que se vienen, de terceros que parece que el bienestar de otros no les conviene y claro que hay evadir y con su propia fuerza, hacerles sucumbir.

 

El ultra instinto es elevar el espíritu, azuzar loa sentidos, aclarar la mente y colocar al cuerpo en pacífica reacción y flexibilidad para que asimile y contrarreste todo mal.

 

Y si llegare yo a ser así de imperturbable ante todo mal, feliz sería, más quiero estar en sana paz para que el ultra instinto sepa atraer y a su vez causar, para mí y mi entorno, ondas de amor y de alegría.

 

De esta manera todo mal, dolor, rechazo y sinsabor se irá y tanto bueno vendrá, que describirlo, no puedo.

 

Mi tarea es esa, encontrar ese punto de amor propio, paz y control en equidad; sólo así mi ultra instinto imperturbable, mis pensamientos y emociones, al fin armonizarán.

 

Argenis Serrano 

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