Duele saber que se ha
banalizado el decir mi amor, palabras tan fuertes, capaces de horadar a un
corazón de piedra o de ser saetas que en dos partan a un corazón frágil y que
busca sanar sus heridas.
Decir mi amor a toda
persona en una conversación cualquiera, incluso sin conocerle, más que
cercanía, aleja. Porque nos dista de la razón, nos hace lejanos en cortesía y
se tergiversa totalmente, por lo fuerte y sentido de tal mensaje.
Parece que nadie quiere
comprender que decir mi amor y te amo es lo mismo. O que no se diferencian del
todo.
Decir mi amor debe ser para
la ocasión y persona adecuada. Ya sea a una madre, un padre, hermano, hijo,
hija, abuela, abuelo o una mascota y claro está, para esa persona que amas.
Decir mi amor a la
ligera es crear un halo de incredulidad en la expresión y llevarla a un plano
común donde la golpeas, la debilitas y le tapas con el barro del descrédito
hasta tapiar su cuantiosa valía.
Hay quienes esperan esa
frase de la persona querida y jamás la reciben. Otras veces, les llegan a decir
mi amor y es sólo “un decir”, rompiendo ilusiones y creando escombros donde
están los fragmentos de volver a amar.
Mucho se ha dicho de la
regla de oro: “No le hagas a los demás lo que no te gustaría que te hicieran a ti”
y esto también aplica.
Decir mi amor ¿Qué significa?
Significa que te siento
y te distingo entre todas las demás personas; eres el rango máximo de la unión,
la compañía, la solidaridad, el respeto, la pasión, la aventura, la concordia,
el crecimiento personal, la confianza, el apoyo, la defensa y el ataque. Y todo
eso, no lo es cualquiera.
Decir mi amor te amo,
es redundancia para la gramática y una doble afirmación que respalda a las
acciones con las que se demuestra ello.
Saludar con un mi amor,
agradecer con un mi amor, preguntar cualquier cosa con un mi amor a cualquier
persona, crea confusión, ilusión, desequilibrio en las igualdades, un falso
sentimiento de confianza que hace que muchas personas equivocadas se aprovechen
y se formen los malos entendidos.
Ser mezquino no es
bueno, pero decir mi amor a alguien debería ser sólo para esos seres realmente
selectos, recíprocos, que de verdad despiertan a cuerpo, alma, mente, corazón y
futuro, siendo el presente.
Tantos que esperamos
que alguien nos llegue a decir mi amor, sintiéndolo y existen que andan
regándolos por allí, perdiéndolos.
Den pues la
exclusividad debida al decir mi amor; porque verán que esa fortuna atado al
mismo, les hará la persona más rica del mundo, porque quien tiene amor para dar
y se hace digna persona de recibir, lo tiene todo.
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