Para mi Novia
Hoy, quiero escribir poemas para mi novia, sin ser poeta, sin saber de versos, con
el adolecer de la cadencia y las rimas que todo aquel hombre o mujer atrapa en
el aire, para decirle no solamente cosas bonitas a mi amada, sino ir más allá,
diciéndole mis verdades.
Quiero decirte que al
abrazarte, atrapo a un rincón del cielo donde consigo refugio, donde sin que tú
lo sepas se me seca el llanto, donde mi corazón comienza a entender el motivo
de sus latidos.
Que desde antes de
hablarte por vez primera, te veía y me imaginaba historias a tu lado. En la que
peleaba con agresores y los vencía, en las que tú también me ayudabas y
defendías de mí mismo y de los pesares que me atacaban y frustraban.
Novia mía, amor de
mis esperanzas, no debe existir poeta que no hable del vacío de la vida de
alguien hasta que llega ese ser que lo llena todo de amor. Porque me consta que
razón tienen, tú eres un mar con fuerte oleaje que toca la arena de mi corazón.
Y éste pide más.
Mi amor, sabes que no
sé de poesía. Creo que hasta desvarío escribiendo todo lo que siento. Las letras
vienen y sólo las escribo, siempre describiendo lo feliz que me siento de que
llegases a mi vida.
Cuando te llamo,
entran a mis oídos los sonidos que quizá en los bosques hay cuando el amanecer
les toca y el clima sereno provoca.
Leer que mi novia me
escribe un “buenos días”, acompañado de un te amo y unos emoticones, me brindan
tales emociones que ningún hombre de ánimo árido, sentiría.
Recuerdo la poesía
del momento de nuestra primera cita, como llegó la comida y eran nuestras
miradas las que se devoraban en total sincronía.
La música de un
saxofonista nos acompañaba, los aplausos de la gente para él yo, sin que tú lo
supieras, me los robaba y a tu presencia los ofrendaba.
Caminar contigo
viendo a la luna, un espectáculo inenarrable de maravillas, donde la más
refulgente estrella, sin duda alguna eres y por siempre serás tú, vida mía.
Te juro que pensé que
era un acto riesgoso y quizá tonto, indigno de ti, cuando en aquella plaza, el
mimo llegó, los globos te entregó, con aquella rosa atada y un anillo que le
bordeaba, pidiéndote que mi novia fueras desde ese día.
Como te tomaste del cabello, te batías, sonreías y hasta una lágrima soltaste, me obligó a dar
aquellos saltos y gritos que riendo contemplaste.
Y es que tanta
felicidad saque del cuerpo se me sale, es difícil refrenarle en su
espontaneidad, amada mía.
Hoy, sin ser una
fecha especial para otros, traigo estos poemas locos, que en definitiva poemas
ni rimas o versos son, sino dictámenes del corazón, para que sepas, novia y
vida mía, que esto es verdad y será así hasta el fin de mis días.
Siempre renovando
para mejor, es que se recompone al amor, en cada día su candor, depende de lo
que uno hace, por eso novia mía, pase lo que nos pase, siempre diré esta frase,
con toda mi convicción:
“Nuestro amor es el más brillante,
tanto que opaca al sol”.
Amor y odio es un fino hilo que rompe con demasiada facilidad. Eres esclavo de tus palabras.
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