Una historia de nuestros días
CABALLERO ENAMORADO NO PUEDE
DECIRLE LO QUE SIENTE A SU AMADA
No todas las historias son como las de Romeo y Julieta, un amor intenso que en vida duró tres días pero
trascendió a la eternidad; tampoco como en aquellas novelas en libros, revistas
o periódicos digitales donde a pesar
de los escollos y vicisitudes, la pareja puede labrar su destino y al final
estar juntos, con la venia de quienes le apoyaron y la resignación de quienes
adversaron a su amor. En fin, no todos los amores son como de Primera Plana,
como en su momento lo fueron los de la Princesa
Diana y el Príncipe Carlos o de Jennifer
López y Marc Anthony.
Existen amores como el del protagonista de esta nota, que no
llegan a ser siquiera reseñados en un anuncio clasificado, salvo que el desamor
lo transforme en tragedia y se escriba como motivo en cualquier reseña de las
páginas rojas.
Su enamoramiento
Por razones de dignidad humana, ocultaremos el nombre del desafortunado
caballero, colocándole sólo señor X
y su contraparte femenina, señorita G.
aunque esta fuese una nota para una primera plana, evitaríamos exponer su
imagen ya dolida, pero bien que su anécdota merece ser bien contada.
Narra el señor X que conoció a la dama por una casualidad,
existiendo pocas cuadras de distancia entre sus sitios de trabajo. Coincidieron
comiendo juntos y una conversa llevó a otra y de allí a una relación amistosa
en un ambiente cordial.
Su forma de ser como persona, -la cual él describe como bella
por fuera pero el doble de bella en humanidad y el triple en inteligencia y
carisma-, le terminaron cautivando y haciéndole escribir historias en su mente que
iba diseñando antes de dormir y se le hacían más fuerte al estar despierto,
ejecutando cualquier acción, las que hacía con mayor entereza, pero reconoce
que muy distraído.
“Sudaba al verla, sonreía como tonto, suspiraba al estar
cerca, me tocaba fingir lo que sentía al estar junto a ella”-, nos refirió el
señor X. “Son tantas las emociones que el psicólogo de su periódico digital bien que podría hacer un ciclo nada más basado en
mí, pero que es el reflejo de cualquier hombre bueno, que está enamorado”-, nos
dijo con un rostro añorante de un pasado cercano y a su vez, con la ensoñación
de ese algo que no fue.
Lo que sí podría ser de primera plana: Su caída
Lamentablemente en muchos medios de ahora, son las historias
de dolor las que se exponen por ser las que más venden. Su caída, aunque
sencilla, atraería a muchos periódicos para publicarlas en su primera plana y
atraer más ventas al exponerlas en periódicos o reenviar el enlace en cualquier
banner de sitio web.
El señor X no quiso declararse a la dama de sus suspiros el
día 14 de febrero para no caer en
clichés, pero sí estaba presto en darle un obsequio, su mayor sonrisa y una
mirada que comenzara a dar los pasos necesarios para armar el andamiaje donde
se construiría el amor de pareja.
“En algunos momentos pienso que debí decirle desde antes; en
otros, siento que me salvé de mí mismo”, nos comenta el señor X. sucedió que en
la vía al sitio donde regularmente se veían y almorzaban, le vio en una parada
con vía a su casa.
Él, le consultó que sí le había ocurrido algo. La señorita G
le respondió con gran emoción y dándole un abrazo, “mire, amigo, se me acaba de
declarar un caballero que yo no sabía que le gustaba, me regaló este anillo y bueno,
le dije que sí, él es un hombre encantador, usted es casi casi como él”.
La sonrisa del señor X no se apagó y nos contó qué pasó en
él: “La misma emoción que yo traía, la usé para esbozar la mayor de las
sonrisas de gozo y sinceridad para con la señorita G. Y para no sentir que fingía, me repetí rápida e incesantemente: ella está feliz…y eso es todo lo que yo
quería”. La felicité y le pregunté que si quería un almuerzo para festejar.
Me dijo que su jefa –que fue testigo y quien aupó esa declaración de amor, le
dio la tarde libre. Que iba a su casa a prepararse para salir con su ahora,
nuevo y flamante novio.
Y es así, mables lectores, que como noticia de primera plana
súper destacada, la emoción de la señorita G llenó el día de San Valentín de
alegría y esperanza para ella. Pero para el caballero de nuestra historia, el
señor X, la cosa fue distinta.
En busca de redención
El señor X nos comenta, manteniendo una estoica sonrisa que
se ve rota por unos ojos bañados en lágrimas, “el amor es así, puede que nazca
de un lado pero no de otro; y aun así, si una persona no es decidida, no lo
contagia y se queda con él, que es igual a tener nada, por no estar con la
persona amada”.
“Por eso –prosigue nuestro entrevistado-, digan lo que
sienten. Pero tampoco a las primeras, recuerden que también está en juego la
amistad que se ha creado primero y que puede arruinarse –algo incomprensible
aún para la humanidad- por declarar su amor. Deben crear las situaciones o lo
que hagan, no será más que un impulso similar a un capricho, cosa que dista del
amor”.
“Yo cometí el error de no crear el ambiente y llevar al aire
mi amor, que se sintiera antes de decirlo, como debería ser. Espero que a
ustedes no les ocurra eso. Al menos ella es muy feliz y su amor es como de
primera plana. No sé si yo tendré mi momento o de tenerlo, cuándo será este; lo
que sí sé, es que comenzaré a expresarlo, porque silenciar y retrasar el
manifiesto de los sentimientos, puede significar perder lo mejor de la vida: el
amor”.
Sobre la primera plana
Sea en un periódico tradicional o periódico digital, bien que
desde este blog debemos aupar porque en la primera plana de los diarios,
existan más notas motivacionales, para que las personas confíen más en sí y
además, se inspiren por esas historias y luchas personales, de la gente que
vemos día a día y que se dirigen a mejorar los sentimientos y pensamientos.
De esta forma, menos personas estarán solas, sea por rechazo
o sea por desconocimiento. Y al existir más amor y encuentros positivos, quizá
leamos menos agresiones, dolores y errores en la primera plana de los diarios,
acabando con ese ciclo negativo que tanto ataca al amor en el mundo.
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