Vamos a hacer el amor, de eso estoy seguro, más no como lo imaginas, sino como de verdad, vale.
Más no, no te
quites la ropa, ¿Quién te enseñó que debes desvestirte para hacer el amor con
alguien?
Quédate con la ropa
puesta y hablemos hasta agotarnos y cuando eso suceda, empezaremos a mirarnos
suave y dulcemente, hasta intentar descifrarnos
Para hacer el amor
por siempre, no es necesario que te desnudes de cuerpo, sino de alma.
Mirémonos hasta
quedarnos sin palabras; y será en ese instante, será nuestras vibras que
capturarán al silencio y comenzarán a expresar lo que en verdad sentimos.
Para luego tocarnos
en la dócil ternura de una caricia, que se expandirá dulce y firmemente en
forma del más necesario de los abrazos.
Verás que no
solamente es bonito lo que nos podemos decir, sino mucho más lo que podemos
lograr al hacer el amor de verdad
Lograremos
trascender al amor que se hace en una cama, llegando a posarnos en realidades
que nos alegren y sustente cada instante de la vida, de aquí a la eternidad.
Déjame sostener
siempre tu mano, por favor. O que acostados en el pasto, en un mueble o en un
banco, nuestros latidos se acompasen y pareciera que sus dedos se entrelazaron.
Permíteme esperarte
a las afueras de tu trabajo de vez en cuando, darte agua, una sonrisa, un ¿cómo
te fue? Y el calor que hay en mis brazos.
Seamos el fiel
escucha el uno del otro cuando estamos bravíos, sin sacar conclusiones ni
procurar diatribas, simplemente de maneras distintas, derribamos los malos
ratos.
Cuando la salud de
uno decaiga, el otro la soporta. Eso es hacer el amor, construir un soporte
real cuando más nos necesitamos.
Tú sólo déjate la
ropa puesta y desviste tus sentimientos, pensamientos, fantasías, temores e
ilusiones.
Yo por mi parte
haré lo mismo; y juntos haremos malabares hasta encontrar el equilibrio que a
unas las repare y a otras, les agrande.
Conversemos cuando
sea y cómo se pueda de todas nuestras memorias, sin acordarnos de los demás y a
su vez, sin olvidarles.
Seamos esa pareja
que desea hacer el amor para realmente tenerse incluso cuando están lejanas.
O de aquellas que
por poco tiempo tienen permitido encontrarse, porque la vida a otros caminos
les llama.
Dejemos que un
helado, un fuerte sol, una fina brisa o pertinaz lluvia nos acompañen.
Mientras todo eso
que queremos vivir, encuentra al fin un lugar estable.
Déjame hacer el
amor contigo como no te lo haría nadie.
Siendo los dos no
sólo unos cuerpos, sino unos verdaderos y eternos amantes.
Continuaré antes,
durante y después cuánto me hacía falta amarte, escuchando de tus sueños, que
son los gemidos del arte.
Mi utopía es que me
dejes verte el alma hasta que mis párpados se cansen y mis ojos se auxilien con
el corazón para mirarte.
Quiero hacer el
amor contigo, durmiendo juntos, sin que sea lo que hacen otros amantes.
Porque son mayoría
las veces en que hacer el amor se trata de en tus acciones acompañarte.
Así como en sueños
–despiertos y durmiendo- logramos
aquello que no puede ni concedernos un ángel.
Y así lo que venga,
luego de poner todo de nuestra parte, será hacer el amor, como no lo ha hecho
más nadie.
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