domingo

Casada con un Buen Hombre

 


Esto cuenta sobre una mujer que, aún estando casada con un buen hombre, las cosas no funcionaron. Porque ni siquiera el bien es constancia, si no se sabe qué hacer con él. 

De esas cosas que poco suceden y que no deberían de suceder. Un caso aislado, que no debe ser el suyo, más sí vale del mismo, aprender.

buen hombre

 

Allí iba ella,

Con el traje de novia,

Que soñó desde muy joven.

 

En unos instantes,

Fue casada con un buen hombre,

Para la eternidad.

 

Al menos ese fue mi deseo,

Tal cual el de ella,

Y de su gente.

 

Pero, no era el de él,

Porque su bondad,

No era sinónimo de amor.

 

Se fue alejando,

Para adentrarse en él,

Casado, se quedó en su soltería.

 

Su esposa ya era,

Una rutina de adulto,

Un paso de vida, hecho y olvidado.

 

¿Cómo casada con un buen hombre,

Ahora ella está sola,

Nuevamente?

 

Porque la bondad,

No es absoluta,

Sin química.

 

Él no se entremezcló,

Su bondad y amor,

Unidad y confianza.

 

Creyó tenerle ya,

Y siguió siendo uno,

Pero no uno más uno.

 

Casada con un buen hombre,

Que no agredía,

Pero era infiel, ella estaba.

 

Infiel porque le mentía,

Sólo estaba por cumplir,

Pero no por amar.

 

Y seguir casada,

Con un buen hombre,

Ya era una duda.

 

Que llamó al divorcio,

Más doloroso,

Y forjador de dudas.

 

Sin rencores,

Sin odios,

Ni maltratos.

 

El motivo para separarse,

Fue un amor de amigos,

Pero no de esposos.

 

Hoy por hoy una firma,

Amarga e indeseada,

Vale más que otra rúbrica.

 

Porque y ella no está,

Casada con un buen hombre,

Ese al que amaba.

 

Y él cuán niño,

Levantó los hombros,

Y se dice a sí mismo:

 

¿Qué le vamos a hacer?,

Yo me casé

Cumplí y no agredí.

 

Pero en su altruismo,

Trabajo por otros,

Y bondad familiar.

 

No se da cuenta que,

El lazo del amor,

No supo entretejer.

 

Quizá él viva,

Con esa pieza faltante,

Y jamás lo sepa.

 

Y ella sigue,

Dudosa de qué hacer,

Para entender al bien.

 

Porque el amor,

No son sólo besos,

Caricias y deseos.

 

Pero tampoco es,

Portarse bien,

Hasta el máximo.

 

No, no lo es,

Al menos no,

Por separado.

 

Se necesitan dosis,

Equilibradas y desbalanceadas,

De todo eso a diario.

 

Recubiertas por una película,

Del cual salgan,

Todos los desazones,

 

Y a su vez atraiga,

Asuma y aproveche,

Los mejores sabores.

 

La química no es fácil,

Pero inicia siendo realistas,

Para dar el paso de unirse.

 

Casada con un buen hombre,

Casado con una buena mujer,

Casados realmente.

 

Dejando fantasías,

Como sazón de instantes,

Con picardías.

 

Disfrutando cada experimento,

Que no es otro,

Que cada instante en pareja.

 

Esta es la respuesta,

A la fórmula del amor:

Ensayo y error.

 

Estar juntos en eso,

Cuando fallen,

Cuando duden.

 

Juntan sus elementos,

Se reformulan,

Lo vuelven a intentar.

 

Si desde el noviazgo ven,

Que se fusionan y corrigen,

Allí se ve que sí sirven.

 

Hoy, ella está,

Deseando de nuevo estar,

Casada con un buen hombre.

De él, nada sabemos,

Esperamos siga siendo,

Un buen hombre.

 

Que sabe que el bien,

Es hacerlo para sí,

Honestamente con los demás.

 

Argenis Serrano

 

 

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